Hola queridos hermanxs andantes de palabras, gracias por aceptar mis letras al viento, donde en verdad pertenecen, pues no hay nada más volátil que lo que decimos, aunque, como todo en este multiuniverso donde estamos, nada se pierde ni se acaba, como la existencia siempre eterna, sin principio ni fin.
Hoy tuve una gran experiencia holística con unos grandes maestros en un postdoctorado de Espiritualidad en la Universidad Pedagógica Libertados, Caracas, Venezuela, porque estuvimos conversando sobre nuestra divinidad. Como les he contado anteriormente, mi vinculación con esta fuerza extraordinaria dadora de vida constituye, hoy por hoy, el sentido de mi vida. Esta verdad es uno de los regalos de mi undécimo septenio de vida, porque en este momento poco tengo que demostrar al afuera: ¡ojalá este sentimiento se multiplique en la vida de todos ustedes!, ¡qué nada tengamos que demostrar sino a nosotros mismos!, así dejaremos de perder tanta energía para complacer al otro, que en verdad, así lo siento ahora, no nos está pidiendo cuentas.
Bueno en nuestro encuentro mensual hablamos de las cualidades que quisiéramos tuviera nuestra divinidad (hay una gran energía universal pero según la cultura donde nos hemos formado tiene muchos nombres como Dios, Luz Compasiva, Amada Presencia, Ángeles, Virgen, Jesús, Alá, Buda, Makunaima, etc., porque como afirma Carlos Jung: “nunca le faltaron a la humanidad imágenes poderosas que dieran protección contra la preocupante vida de las honduras del alma”.
<### La idea a transmitir es que
- la divinidad mora en nosotros,
- yo necesito a la divinidad y ella de mí, pues a través de mi humanidad Dios puede crear y experimentar el cielo en la tierra, 3) la divinidad no es una creencia, es una experiencia,
- la energía fluye hacia donde coloco mi atención y cuando la pongo en la divinidad, puedo experimentarla día a día,
- la verdadera guía viene de mi interno, 6) necesitamos humanizar a la divinidad y divinizar a la humanidad, entre otros puntos.
La divinidad tiene tantas cualidades como personas hay en el mundo, de manera que bien podemos pedirle que tenga aquellas que identificamos como nuestros deseos. Entonces lo primero es saber qué quiero, qué necesito, las respuestas, como siempre en estos procesos de trascendencia, deben ser lo más honestas posibles, al fin y al cabo es con Dios con quien estamos conversando.
Para mí esta cercanía con Dios es uno de los grandes desafíos de todos los tiempos, porque en mi aprendizaje, es decir, lo que yo asimilé como verdad, la divinidad era un ser situado arriba muy arriba, casi que inalcanzable y además con poco sentido del humor, más bien castigador… Así que recrearla cercana como una amiga íntima es mi gran lección.
* Fotografía perteneciente a mi álbum personal
<####Entonces cuáles serían para mí algunas de las cualidades que identifiqué:
- que te hagas presente en todos los instantes de mi vida,
- que tus mensajes sean claramente claros al instante,
- que me des seguridad,
- que me digas qué y cómo hacer,
- que me seas amorosa,
- que me acompañes, que yo te sienta a mi lado todo el tiempo, 7) que me des paz,
- que me pongas en el camino las experiencias y personas que sean más útiles y reconfortantes,
- que seas generosa conmigo,
- que me des el dinero y bienes que creo necesitar en cada momento,
- que sepas lo que yo necesita y me lo otorgues aún antes de pedirlo ….
También nos sugirieron que hiciéramos una casa en mi corazón para darle albergue a mi divinidad. En mi caso, diseñé una especie de cueva cristalina inmensa, llena de piedras preciosas y de colores brillantes, bañada de luces iluminadoras, con puertas y ventanas abiertas al cosmos celeste y terrestre.
* Fotografía cortesía de @anabellelaughlin
También enfatizaron que para tener un acercamiento más verdadero con mi divinidad, primero habría que reconocer, amar, perdonar, aceptar incondicionalmente a mi papá y a mi mamá, sean estos mis padres biológicos o de crianza.
Sobre esta experiencia de cercanía con nuestros padres, les hablaré en otro momento. Por ahora quería compartir esta experiencia que me hizo reverdecer de amor, que me permitió una mayor cercanía con ese Dios-Diosa que mora en mí y en ti y en ti y en todos nosotros.
Gracias por permitirme compartir… es un honor estar entre ustedes.
Fotos de Pexels de @AnabelleLaughlim y mías