¿Qué tan importante debería ser la vida para nosotros?
Esa es una gran pregunta.
Generalmente tenemos la impresión de que cuando algo nos importa mucho, quiere decir que estamos esencialmente motivados para lograrlo y mejorar en eso que nos preocupa profundamente.
Nuestros sueños, anhelos. Las personas que amamos están entre todas ellas, pero hay casos en que darles un alto grado de importancia a algo en particular podría no solo evitar que lo logremos sino que encima nos haga peores en lo que pretendemos aspirar.
Nerviosos
Mientras más algo nos preocupa, más nerviosos nos hace. No son pocas las personas que llevando una experiencia estudiantil ordinaria se llevan la extraña sorpresa de que por esforzarse demasiado al estudiar terminan logrando todo lo contrario a lo que esperaban a la hora de hacer el examen. Por más que hayan estudiado, no logran escribir ni una sola palabra.
Casi siempre esto se debe a que no durmieron, ni se dieron el descanso apropiado para poder procesar la información.
Probablemente eso sea cierto a la hora de retener información porque la memoria se afianza durante el sueño pero, ¿qué tal con un caso más concreto?
Desde muy pequeños nos dicen que es muy importante tener pareja. Probablemente no nuestros padres quienes hacen todo lo posible para evitar el tema para evadir cierto tipo de preguntas que los niños hacen, pero sí lo hacen todo tipo de películas, series e incluso dibujos animados. Simplemente tiene que haber un romace en todas partes y cuando llegamos a la adolescencia las cosas se complican todavía más.
No queremos que nos rechacen, que pasemos por raros. ¿Qué decir, qué hacer y en qué momento para poder quedar bien? ¿Cómo es una pareja ideal? Todas esas preguntas nos invaden desde muy temprano y las respuestas casi siempre vienen de canciones o medios irrealistas. Como resultado, llegamos al tema de amar como si fuera algo de vida o muerte.
Hacemos largas listas sobre cómo debería ser una pareja ideal, basados en nuestros héroes o heroínas del momento y entonces la realidad se impone. Vienen las decepciones que con suerte podrían añadir el realismo que nos hacía falta, pero hay quienes se resisten a aprender porque les es tan importante que les duele profundamente todo lo relacionado con esa experiencia. ¿Por qué?
Sobreimportancia
Muchas veces ignoramos que estamos tratando con seres humanos. Incluso cuando se trata de nosotros mismos fallamos en usarnos como modelos sobre lo que deberíamos esperar en realidad.
Cuando nos preocupamos demasiado debido a que queremos cumplir una serie de expectativas o queremos evitar algo que nos aterroriza nos estamos preparando para el fracaso. En cuanto el otro no cumpla el más mínimo requisito, se vuelve una herida letal y ante el más mínimo error nos vemos desconfiados. Vale la pena preguntarse qué tan humanos está permitido que seamos en una relación porque, no solo es el otro quien sufre sino que uno, al desear un grado imposible de perfección busca de manera tiránica imponerselo a uno mismo y ahí no tarda en aparecer una doble moral.
"¡Me hiciste enojar!"
Solemos decir, poniendo la responsabilidad de nuestras emociones en el otro.
Balance
Cuando venimos a cualquier proyecto que nos interesa mucho, hasta el grado de llenarnos de terror pienso que es importante sentarnos un momento y preguntarnos qué es lo que tememos realmente y reconcilarnos con la raíz de ese temor.
Podría ser que tengamos miedo al fracaso y ocultemos nuestro terror con un sobreperfeccionismo. Pudiera ser que tengamos miedo al abandono y salgamos huyendo a la menor señal de problemas.
No son pocos los proyectos que mueren antes de nacer en mentes de personas repletas de potencial y no es porque no les importe, sino todo lo contrario. Les importa demasiado.
Espero que esta reflexión te haya dado alguna idea para mejorar tu vida personal, querido lector, y ante cualquier miedo que puedas encontrar te garantizo que tienen solución.
¡Un fuerte abrazo!
How important should life be to us?
That's a great question.
We generally have the impression that when we care a lot about something, it means that we are essentially motivated to achieve it and improve at that thing that we care deeply about.
Our dreams, desires. The people we love are among all of them, but there are cases in which giving a high degree of importance to something in particular could not only prevent us from achieving it but also make us worse at what we intend to aspire to.
Nervous
The more something worries us, the more nervous it makes us. There are many people who, having an ordinary student experience, get the strange surprise that by trying too hard when studying they end up achieving the opposite of what they expected when taking the exam. No matter how much they have studied, they cannot write a single word.
This is almost always because they did not sleep or give themselves the appropriate rest to process the information.
That is probably true when it comes to retaining information because memory is strengthened during sleep, but what about a more specific case?
From a very young age we are told that it is very important to have a partner. Probably not our parents who do everything possible to avoid the topic to evade certain types of questions that children ask, but all types of movies, series and even cartoons do. There simply has to be a romance everywhere and when we reach adolescence things get even more complicated.
We don't want to be rejected, to be seen as weird. What to say, what to do and at what time to look good? What is an ideal couple like? All these questions invade us from very early on and the answers almost always come from unrealistic songs or media. As a result, we come to the topic of loving as if it were a matter of life and death.
We make long lists of what an ideal couple should be like, based on our heroes or heroines of the moment, and then reality prevails. Disappointments come that hopefully could add the realism we needed, but there are those who resist learning because it is so important to them that everything related to that experience hurts them deeply. Why is that?
Overimportance
Many times we ignore that we are dealing with human beings. Even when it comes to ourselves we fail to use us as models for what we should actually expect.
When we worry too much because we want to meet a set of expectations or want to avoid something that terrifies us, we are setting ourselves up for failure. As soon as the other does not meet the slightest requirement, it becomes a lethal wound and in the face of the slightest mistake we become distrustful. It is worth asking how human we are allowed to be in a relationship because, it is not only the other who suffers but ourselves by desiring an impossible degree of perfection as we seek in a tyrannical way to impose it on oneself and there it does not take long for double morals to appear.
"You made me angry!"
We usually say, putting the responsibility for our emotions on the other.
Balance
When we come to any project that interests us very much, to the point of filling us with terror, I think it is important to sit down for a moment and ask ourselves what we are really afraid of and reconcile ourselves with the root of that fear.
It could be that we are afraid of failure and hide our terror with overperfectionism. It could be that we fear abandonment and run away at the slightest sign of trouble.
There are many projects that die before being born in the minds of people full of potential and it is not because they don't care, quite the opposite: They care too much.
I hope that this reflection has given you some ideas to improve your personal life, dear reader, and for any fear you may encounter, I guarantee that they have a solution.
A big hug!