Hoy puedo decir, con toda propiedad y a voz en cuello, que esta ha sido la tarea más complicada de hacer para mí, pero tampoco fue imposible.

Recuerdo las palabras de un tío que me repetía constantemente cuando quería darme por vencido: "Un hombre jamás debe decir en su vida la palabra no puedo". Creo que me la dijo tantas veces que cada vez que pienso en renunciar a lograr algo, resuenan tan fuerte que vuelvo a intentarlo; Sin me canso, tomo un momento, verifico lo que he estado haciendo, hago los cambios necesarios, y lo vuelvo a intentar.

En la publicación original se nos reta a los caballeros (hombre puede ser cualquiera, caballero no) a pensar desde la perspectiva de las mujeres; Por supuesto que, el ejemplo más evidente es el de nuestra madre, nuestras hermanas y desde luego, el de nuestra esposa. Precisamente esta es la perspectiva más sinuosa que he podido vivir.

He aquí mi odisea.

Desde el 19 de febrero, mi esposa abordó un avión rumbo a la tierra más hermosa que fluye leche y miel, además de gas, petróleo y la gaita zuliana. ¿Qué? ¿Aún no lo saben? Ja, ja, ja, yo creo que sí. El objetivo del viaje a Maracaibo, fue ir a ver a su familia, la cual durante 4 años aproximadamente, no visitaba, pues nos vinimos a vivir a Chile, en mi caso, a principios de 2018, y ella 2019, por lo tanto (como buena mujer, amante, esposa, amiga con derechos) me dejó una lista de las cosas por hacer durante su ausencia en la casa, y, mirándome a los ojos, con una dulce voz, pero con tono militar me dijo:

— Que no se te olvide nada de lo que te he dejado por escrito.

Ahora, díganme ustedes algo: ¿Cómo me puedo negar a ejecutar lo de la lista, si al mirarla es como mirar a un ángel... con una espada encendida en las manos girando a toda velocidad, como si fuese Bruce Lee, manejando los nunchakus? Si están pensando que es miedo, déjenme decirles que no es miedo, queridos lectores, es respeto al dolor, lol.

Y a pesar de que en algún momento me sentí Adán, cuando fue desterrado del jardín del Edén, los primeros días no hice nada, absoluta y soberanamente nada.

— ¡Ahora mando yo! Dije fuertemente, muy adentro de mi mente, no sea que alguien me escuche y tenga pruebas contra mí.

Todo este tiempo, solo, (me ha parecido una eternidad y apenas han transcurrido 25 días) me ha ayudado a reflexionar sobre ciertas cosas y a mirarlas desde la perspectiva de la mujer con la que he vivido por algunos años (Carlos Gardel dijo que 20 años no es nada en su tema: Volver), para aprender a descifrar ese enigmático y majestuoso mundo femenino, que a pocos nos es dado el privilegio de experimentar.

Todo comenzó aquella tarde de verano... ¡Un momento! Este es otro tema de que les contaré en una próxima publicación, de manera que, me mantendré mirando el objetivo de esta iniciativa.

No le tengo miedo a vivir solo; De hecho, parte de mi vida como emprendedor, la pasé viajando de una ciudad a otra, y de un estado a otro, llegando a conocer creo que la mitad de mi hermoso país, Venezuela. Sin embargo, Rocío Dúrcal admitió en su tema musical que "es verdad que la costumbre, es más fuerte que el amor" de manera que, tuve que volverme a adaptar a estar solo, y hacer todas las cosas yo mismo.

Fue allí, justo en ese preciso instante, que se destaparon algunas neuronas cerebrales y pude ver exactamente como ella ve algunas cosas. Parece natural que, las tareas domésticas las hagan ellas mientras nosotros hacemos el trabajo externo, con el cual traemos el sustento a la casa, pero...
¿Por qué no me ayuda si no está haciendo nada?, fue lo primero que vino a mi mente cuando no decidía qué cocinar. Así como esto, comencé a ver tantas cosas que parecen injustas (definitivamente lo son) pero que la sociedad las ha inculcado como "normalmente" para mujeres.

Compartir las tareas domésticas, ayudar no solo en la elección del menú, sino también a prepararlo, preparar el desayuno y llevarlo a la cama, mantener esos detalles que eran innumerables al principio de la relación, mirar, seducir, roces, insinuaciones, una flor, abrir la puerta para que pase, decir: No te preocupes, yo acomodo las sábanas de la cama, ayudarle a lavarse el cabello, dar un masaje en los pies y en donde lo desee cuando está muy cansada o no pueda conciliar el sueño, bailar un tango (esto es lo que más me apasiona), llenarla de detalles aunque su costo sea insignificante, porque lo que cuenta no es tanto lo que entregas, sino cómo lo haces, son parte de las cosas que entendí que también, sin importar los años juntos, desea que ocurran, si es posible a diario.

Que de nada vale llamarla "mi reina" y hacerla sentir que vive en una mazmorra, que prefieren un jardín que una sola flor, pues allí las verá todos los días y su fragancia, llenará de completa paz su alma, en esos momentos tormentosos; Que desean sentirse atendidas, respetadas, valoradas, mimadas y hasta que las presuman delante de todos, pues es ella quien ha estado y estará enfrentando junto a mí, cualquier circunstancia adversa que tengamos que afrontar.

No es que detrás de cada hombre exitoso hay una gran mujer; ¡No! Es que al lado de un hombre exitoso, está una mujer inteligente, amada y respetada por el hombre que escogió para que la representara en cualquier lugar.

Aún faltan 14 días para que regrese, pero ya estoy practicando las cosas que como caballero, como hombre, como esposo, como amigo, y como amante, debo asumir.

Esta es una iniciativa semanal llamada Encuentro de Talentos, el cual es un programa donde puedes promocionar tu publicación y a la cual todo están invitados a participar. Si deseas hacerlo, puedes dar clic en el siguiente enlace: Pensamientos de Mujer, y conoce las bases de esta maravillosa iniciativa.