El duelo de una separación, precisamente el de nuestros padres cuando somos niños, es un tema bastante debatible porque a todos nos pasó de diferente forma y con todos me refiero a los que les tocó vivirlo.
En mi experiencia que fue bastante traumática porque para ese entonces yo era un niño con tan solo 10 años y era muy susceptible a todo, era bastante astuto y podía darme cuenta de todo. Ahora teniendo en cuenta en que todos nosotros esperamos que nuestros padres vivirán juntos por siempre y esa no era mi excepción, eso hace que la herida sea mas profunda, lo que conllevó a sentimientos de culpa y una tristeza tan profunda que para mí en mi experiencia el sólo recordarlo es desgarrador.
Recuerdo que a esa edad pude presenciar incomodidad entre ellos, recuerdo que en ocasiones mi mamá me mandaba la comida con mi papa y no entendía porque no lo hacía ella hasta que en una madrugada sin querer me levanté a tomar agua y me encontré a mi padre sentado en una mesa en la total oscuridad llorando y me pidió que le dijera a mi madre que no lo dejara.
Creo que esas palabras me marcaron. Tal vez no era lo correcto pero así pasó y seguido de eso sucedió lo inevitable, la separación de mis padres, se llevó acabo un diciembre, tal vez en mi subconsciente asocia los diciembres con mes de estar en familia y tristeza.
Aún así mi mamá decidió llevarme a psicólogos que creo que no me ayudaron del todo porque admito que actualmente hay cosas que no supero del todo, pero agradezco que esté pendiente de mi salud mental, y también agradezco que mis padres mantengan comunicación y no se lleven mal pero claro solo hablan cosas puntuales.
Esa fue mi experiencia, tal vez no fue la más adecuada porque presento secuelas de eso pero ya acepte que están y trabajo en superarlas pero en mi opinión ese tipo de cosas como las rupturas de parejas cuando hay niños de por medio no deben tomarse a la ligera, esto con la intención de que el niño o los niños no se vean afectados.
Tal vez, para algunos padres es más fácil acabar la relación y ya repartirse vienes o los niños, pero no, los traumas que pueden conllevar a este tipo de situaciones son demasiados desagradables y es algo que en mi experiencia no se los desearía a nadie.
Es importante recalcar que para que una persona crezca sana, tambien debe trabajarse su salud mental, quizás mis padres no lo hicieron de la mejor manera poniendo un ambiente tenso entre yo y mi hermano, entre los dos, pero los padres no nacen con un manual y sé que su intención nunca fué dañarnos. Pero desde mi dolor y experiencia, invito a cada una de esas parejas que tienen problemas a buscar la forma correcta de llevar su separación sin generar traumas que afecten a los hijos en su próxima adultez, ya que no todos son capaces de buscar ayuda y siguen en un ciclo tóxico de traumas que traspasan a sus hijos por generaciones. Y si por otro lado, te identificas con la historia que narró acá, solo debo decirte que nosotros los hijos no debemos sentir culpa de las acciones o decisiones de nuestros padres, pues fueron ellos los que decidieron traernos al mundo, y somos nosotros quiénes con la conciencia abierta podemos decidir superar nuestro pasado, buscar ayuda y cambiar quiénes somos para no seguir con un patrón de dolor innecesario. La vida es sumamente bella para vivir tristes.
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