Fuente: Canva
(English version below)Hace una semana impartí una sesión de Biodanza en la que el tema central era la conexión con el "niño interno", ello porque días antes tuve la maravillosa oportunidad de hacer un taller de Biodanza aplicada para niños y adolescentes y quedé muy entusiasmada con todo lo aprendido, y también vista la cercanía con la celebración del Día del Niño en nuestro país.
En mi impulso inicial quería enfocarme en la vitalidad y la creatividad, dos líneas dentro de las "líneas de vivencias" que desarrolló Rolando Toro en su marco teórico dentro del sistema que es Biodanza, por una parte porque quería que ese adulto saliera a jugar y volver a ser niño, y por otra, porque desde la conexión con ese niño interno se despierta la imaginación y todo nuestro potencial creador.
Sin embargo, mientras diseñaba la sesión y buscaba los ejercicios y la música, ese impulso tomo un giro opuesto a mi dirección inicial, y mi sesión estuvo más bien cargada de las líneas de afectividad y trascendencia, porque la intención era ofrecer a ese niño interno un espacio seguro para salir, reconocerlo, apreciarlo, agradecerle y disponerse a integrarlo desde todas las facetas que me puede aportar más allá del juego. Así que mi idea de jugar terminó siendo mucho más profunda de lo que esperaba.
De hecho, mientras elaboraba la clase recordé las palabras del Maestro Jesús, en las que decía "Dejad que nos niños vengan a mí", en ese momento pude sentir que esas palabras iban más allá de su interpretación literal, y eran más bien una invitación clara y abierta a que nos acercáramos a él como niños, desde la inocencia, el amor, la confianza y fe absoluta que solo ellos son capaces de depositar en otro ser humano, su nivel de entrega y conexión con lo natural, así como su habilidad para vivir en el aquí y el ahora, en ese espacio de no tiempo. Así que el resultado de esta sesión, desde lo que pudimos experimentar fue maravilloso.
Durante el conversatorio hablamos del niño interno y cada participante hizo referencia, entre otras cosas, a aquello que creía debía potenciar para darle permiso a ese niño interno para salir a jugar y tomar más espacios dentro de esa vida adulta.
Las respuestas fueron muy diversas, para algunos esta vida ajetreada y convulsa reprime ese niño interior, otros decían que el cúmulo de decepcionantes experiencias los había llevado a desconfiar y otros afirmaban que el exceso de información a los que estamos expuestos cada día nos llenaba de miedo y tomábamos muy en serio las ocupaciones y responsabilidades, una de las participantes mencionaba que el tema de seguir rígidamente las reglas y ser complacientes para ganarse a los otros había hecho que su niño interno se escondiera.
Hablamos de la mátrix, la vida, los niños, los adultos... en fin, una rica tertulia llena de reflexiones interesantes que estoy segura todavía estamos procesando después de la linda danza que tuvimos. Por ello, inspirada en lo conversado y lo vivido en la danza, quise traer una nueva iniciativa para continuar con el tema y extender de algún modo lo que experimentamos, pero ahora a través de sus vivencias escritas.
Luego de este resumen de mi sesión de Biodanza titulada como este post "Ser como niños", me gustaría animarte a compartir tu experiencia con tu niño interno, ¿estás conectado con él?, ¿reconoces alguna limitación que impida que puedas darle espacio en tu vida? ¿cómo estás con el juego, la risa, el disfrute? ¿qué te aporta o aportaría ese niño interno? ¿te permites esos espacios de ingenuidad e inocencia? ¿cómo crees que puedes conectar con él? ¿cómo celebrarías con él en el Día del Niño?... estas son solo algunas preguntas orientadoras, no tienes que responderlas en tu post siguiendo el pie de esta receta, deja a ese niño interno salir y ser creativo, y simplemente contar su historia.
Si quieres saber más del niño interior, te recomiendo la lectura de 3 buenos post de nuestra columnista @mosa71 sobre este tema:
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A week ago I taught a session of Biodanza in which the central theme was the connection with the "inner child", this because days before I had the wonderful opportunity to do a workshop of applied Biodanza for children and adolescents and I was very excited with everything I learned, and also given the proximity to the celebration of Children's Day in our country.
In my initial impulse I wanted to focus on vitality and creativity, two lines within the "lines of experiences" developed by Rolando Toro in his theoretical framework within the system that is Biodanza, on the one hand because I wanted that adult to go out to play and be a child again, and on the other hand, because from the connection with that inner child awakens the imagination and all our creative potential.
However, while I was designing the session and looking for the exercises and the music, that impulse took a turn opposite to my initial direction, and my session was rather loaded with the lines of affectivity and transcendence, because the intention was to offer that inner child a safe space to come out, recognize him, appreciate him, thank him and be ready to integrate him from all the facets that he can bring me beyond the game. So my idea of play ended up being much deeper than I expected.
In fact, while preparing the class I remembered the words of the Master Jesus, in which he said "Let us children come to me", at that moment I could feel that those words went beyond their literal interpretation, and were rather a clear and open invitation to approach him as children, from the innocence, love, trust and absolute faith that only they are capable of depositing in another human being, their level of surrender and connection with nature, as well as their ability to live in the here and now, in that space of no time. So the result of this session, from what we were able to experience, was wonderful.
During the conversation we talked about the inner child and each participant made reference, among other things, to what he or she believed should be strengthened to give permission to that inner child to come out to play and take more space within that adult life.
The answers were very diverse, for some this busy and convulsive life represses that inner child, others said that the accumulation of disappointing experiences had led them to distrust and others said that the excess of information to which we are exposed every day filled us with fear and we took very seriously the occupations and responsibilities, one of the participants mentioned that the issue of rigidly following the rules and being complacent to win over others had made her inner child hide.
We talked about the matrix, life, children, adults... in short, a rich gathering full of interesting reflections that I am sure we are still processing after the beautiful dance we had. Therefore, inspired by what we talked about and what we experienced in the dance, I wanted to bring a new initiative to continue with the theme and extend in some way what we experienced, but now through their written experiences.
After this summary of my Biodanza session titled as this post "Being as children", I would like to encourage you to share your experience with your inner child, are you connected with it, Do you recognize any limitation that prevents you from giving him space in your life? how are you with the game, the laughter, the enjoyment? what does or would bring you that inner child? do you allow yourself those spaces of naivety and innocence?... these are just some guiding questions, you don't have to answer them in your post following the foot of this recipe, let that inner child come out and be creative, and simply tell his story.
If you want to know more about the inner child, I recommend reading 3 good posts from our columnist @mosa71 on this topic:
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