Un tema muy controvertido desde siempre es la pregunta sobre si el talento supera al trabajo duro, o de si es a la inversa. Es una pregunta que genera mucha polémica porque tiene aristas y para responderla hay que considerar mucho al respecto por lo que dependerá de la visión que tengamos de la vida y de nosotros mismos.

¿El talento excluye el éxito¡?

En el debate actual sobre si el talento supera al trabajo duro, se pueden sostener un gran número de argumentos en ambos lados del espectro. Mientras que algunos sostienen que el talento es una capacidad natural innata que no se puede adquirir mediante el trabajo duro y que solo con ello se puede lograr triunfar en la vida, otros sin más afirman y defienden que el trabajo duro puede acabar (y acaba) superando al talento en todos los casos.

Y aunque ambas vertientes tienen puntos de vista válidos y sólidos, es imprescindible reconocer que talento y trabajo (ambos conceptos) no son mutuamente excluyentes y que a menudo trabajan en conjunto para lograr el éxito. Porque pongámoslo en perspectiva por un momento; el talento suele definirse como una aptitud o habilidad natural, es decir, algo que a la persona no le costó ningún esfuerzo obtener, porque está en sus genes, le vino de nacimiento y por tanto está en su nivel de predisposición para lograr algo que a otros (o a la mayoría), les cuesta mucho más trabajo obtener.

Es algo bastante lógico, cierto y notorio lo que acabo de expresar, sin embargo, si somos observadores, notamos que el talento por sí solo no es suficiente para garantizar el éxito a nadie; puesto que sin trabajo duro, las habilidades innatas (lo que llamamos talentos) sólo pueden conducir a una persona hasta cierto punto del camino. Ahora bien, el trabajo duro, por otro lado, es el esfuerzo persistente y la determinación eficaz que se propone y se dispone en perfeccionar las propias habilidades y capacidades personales.

De esto se desprende que toda persona puede tener talentos que le predisponen a lograr el éxito (en ciertos temas) en su vida, pero que esos talentos deben ser reforzados por su tenacidad, atención y esfuerzo para poder lograr el éxito en cualquier campo en específico. Visto así, entonces queda patente por lo tanto, que el esfuerzo debe ser (y es) la fuerza impulsora detrás del talento, que empuja a las personas a alcanzar su máximo potencial.

El talento y el esfuerzo: Lo que resulta evidente

Se podría argumentar que el talento sí desempeña un papel preponderante en ciertos campos, como los deportes o la música, donde las habilidades innatas pueden dar a las personas una gran ventaja competitiva (pero si lo analizamos, esto es así en todo). Y resulta muy evidente (por ejemplo) en el caso de un deportista que, si posee talento natural, puede destacar grandemente en su deporte respectivo sin tener necesidad esforzarse tanto como en el caso de alguien menos talentoso.

Sin embargo, como ya he dicho, el talento solo puede conducir a una persona hasta cierto punto del camino al éxito, debido a que sin la disciplina y la dedicación que implica el trabajo duro, por sí solo no es suficiente para mantenerlo a largo plazo ni de manera duradera.

Es por ello que por otro lado, el trabajo duro suele considerarse la clave (el aspecto crucial) para liberar a totalidad el potencial de una persona. Debido a que las personas que están dispuestas a poner tiempo y esfuerzo para mejorar sus habilidades, poseen más probabilidades de lograr triunfar que aquellas que únicamente creen que con su talento les basta y les sobra para ello. Por lo tanto, podemos evidenciar que el trabajo duro genera resiliencia, disciplina, persistencia y una mentalidad orientada al logro y al crecimiento; y que todos estas son cualidades esenciales para alcanzar el éxito en cualquier campo.

Es importante resaltar el hecho de que el talento y el trabajo duro no son factores o elementos mutuamente excluyentes. De hecho, quienes tienen más éxito suelen ser aquellas personas que poseen una combinación de ambos. Porque si bien el talento otorga ventajas a las personas, es el trabajo duro lo que certeramente determina su éxito.

Así que en torno al debate sobre si el talento supera al trabajo duro, podríamos decir que a pesar de no tener una respuesta clara para muchos (aunque para mí sí la tiene), es esencial entender el rol de ambos elementos en torno al éxito. Puesto que si bien el talento da a las personas una cierta ventaja inicial, es el trabajo duro lo que les permite lograr su máximo potencial y sostener el éxito en el tiempo. Así que tanto el talento como el trabajo duro son elementos deseables y necesarios para lograr el éxito en cualquier actividad o campo, y por tanto es la combinación de ambos lo que al final determina la capacidad de una persona para destacar en el área elegida.

Así que recapitulemos: ¿Talento o esfuerzo?

Si me lo preguntan, sin pretender quitarle trascendencia a ninguna cualidad, yo en lo personal creo que el esfuerzo es más importante que el talento. Aún así, reconozco que hacer gala de ambos elementos cuando nos proponemos lograr cualquier meta es algo de lo más deseable. Porque como hemos visto a lo largo del post, el talento y el esfuerzo no son excluyentes entre sí; sino que se complementan mutuamente; porque si tenemos talento para realizar alguna actividad en la vida, eso es que tenemos aptitudes o predisposición para realizarlo de una mejor y más rápida manera, pero que aún así, deberemos complementarlo con esfuerzo coordinado para lograr el éxito al final de cuentas.

Por lo tanto, ¿Si una persona no tiene aptitud o talento para hacer algo, significa esto que no podrá realizarlo por más que quiera? Y la respuesta es; pero claro que no significa eso; lo que realmente quiere decir es que podrá alcanzar el éxito que desea alcanzar, pero que tendrá que esforzarse mucho más (el doble o el triple o hasta más) para ello.

Es así como vemos que si bien el talento no es imprescindible para alcanzar el éxito en cualquier campo, el esfuerzo sí lo es, sea que haya talento o no de por medio. Bajo esa óptica del tema, podríamos decir categóricamente que el esfuerzo es y será siempre más importante que el talento; pero yo podría decir que en términos de efectividad para lograr el éxito en cualquier campo, ambos temas son importantes, perennes y eternamente vigentes; por lo que es impresdindible que siempre busquemos alcanzar el éxito orientándonos y esforzándonos en aquellas áreas en las que tenemos talento. Solo así el éxito será más rápido y expedito.

En fin, ¿qué opinan ustedes sobre el tema tratado hoy? No olviden comentar...

Hasta la próxima.

Artículo escrito por José Quintana.