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Saludos amigos de Holos&Lotus, la amiga @mllg nos trae una interesante reflexión en su tema ¿cuántas capas...? - DESDE MI MAPA Nº 49.
Ciertamente, nos cubrimos con muchas capas cuando hace frío, pero un cambio de ambiente con mejor temperatura nos relaja y nos invita a despojarnos de algunas capas para disfrutar de la frescura de un clima menos austero, es lo que yo haría de manera literal, e incluso, en el viaje de la vida.
Recuerdo mis tiempos de infante y adolescente, que tiempo más difíciles, de verdad que sí. Yo era muy tímida, me faltaba malicia y por eso muchas veces me hacían bullying. Ser tranquilo y callado nos hacía a muchos ser el blanco de otros estudiantes más extrovertidos. Nunca tenía una repuesta para esas preguntas indiscretas o esas frases hostiles, me sentía como que iba por la vida desnuda, cuánto frío padecí.
Me costó adaptarme a esos climas tan duros, bueno, en realidad no sentí que me adapté, sino que comencé ponerme capas, las fui añadiendo al punto que ya no era aquella niña que le sonreía a todos. Pese a mi timidez, no tenía problemas para ser amigos, pero algo si estaba claro, yo los elegía solo si notaba que tenían cosas en común conmigo. De verdad ya no era la misma, hasta mi rostro cambió, me veía muy seria para el exterior y comencé a enviar mensajes equivocados, dada mi rigidez facial, eran demasiadas las capas que me estaban pesando. También comencé a dar respuestas desagradables, es decir, malas respuestas.
Indudablemente, me había endurecido y pensaba que el mundo que me rodeaba tenía mucho que ver con esto. Me había cansado de andar desnuda mientras las palabras de los otros laceraban mi piel, pero sobre todo el alma. Me cansé de todo eso y me cubrí con tantas capas que me fui al otro extremo. Se me hacía difícil confiar, relacionarme con los demás, y por ende, me costaba hacer amigos. Los extremos siempre son malos y definitivamente, los acompañan las malas experiencias. Antes de ponerme mi armadura, recuerdo quedarme inmóvil ante las miradas, gestos y palabras maliciosas de los otros.
La vida me fue enseñando, las capas son necesarias, pero no se usan siempre, además, la cantidad de ellas dependerá de los embates del clima, que tan adverso éste pueda ser. Hoy siento que no me escondo, disfruto de la primavera y me cubro si hace frío. Hay personas con quién me siento libre como el viento y las capas no me hacen falta, eso lo valoro mucho. Hay climas de climas, donde las miradas lo dicen todo y ni hablar de lo que puedan reproducir en palabras. En mi campo laboral no puede faltar abrigo, siento como si estuviera en medio de un campo minando, dónde con cualquier movimiento algo puede estallar, mejor hay que estar protegidos.
No entiendo cómo hay personas que pregonan felicidad mientras que en sus palabras se percibe el olor y el sabor a hiel. Las capas me protegen de ese olor desagradable que no quiero saborear. La hostilidad es su mundo, un mundo que parece que necesitan para sentirse superiores y supuestamente felices. En esos momentos, hasta guantes utilizo mientras ocupe el mismo espacio, pero apenas pueda, salgo de allí.
En mis experiencias lo puedo contar que….
Cuando estudiaba en la universidad, compartí residencia con una chica que me caía bien, pero, no sé porque siempre estaba a la defensiva. Con frecuencia, sus respuestas solían ser desconcertantes. Con el pasar de los días, nos fuimos haciendo más cercanas, me sorprendió que en una de sus conversaciones me dijo porque actuaba así. Me confesó que tenía que ponerse esa capa de dureza para que no se dieran cuenta que ella era muy débil de carácter. Era la única manera que no le hicieran bullying.
En mi sitio de trabajo, a pesar de ser todos adultos, el ambiente es mixto, los grupitos no faltan y tampoco los comentarios y las miradas maliciosas. También hay gente con buena vibra y esa es la parte buena que lo equilibra todo. De hecho, me enteré que algunos de esos compañeros de trabajo catalogan a varios de nosotros, incluida yo, como “personas grises”. Yo pienso que esas personas que etiquetan a otros “como grises” no tienen vidas tan coloridas como lo pregonan. Las personas que se sienten bien con sus vidas, no minimizan a los demás. Entonces. ¿Quiénes son los grises?, aunque yo les daría otro color y eso me lo reservo.
Hoy puedo decir que tengo el control de mis capas, que aquellos días duros y difíciles quedaron atrás. Disfruto de cada detalle, de los olores de las florecillas, del pasto reverdecido, de ese clima agradable dónde no sientes calor pero tampoco frio, disfruto de una hermosa primavera.
Gracias por leer
Todas las fotografías son originales, tomadas con mi teléfono Xiaomi Redmi 9
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Greetings Holos&Lotus friends, friend @mllg brings us an interesting reflection in her topic how many layers... - FROM MY MAP #49.
Certainly, we cover ourselves with many layers when it is cold, but a change of environment with better temperature relaxes us and invites us to shed some layers to enjoy the freshness of a less austere climate, is what I would do literally, and even, in life's journey.
I remember my time as an infant and teenager, what a difficult time, I really do. I was very shy, I lacked mischief and that's why I was often bullied. Being quiet and calm made many of us the target of other more extroverted students. I never had an answer for those indiscreet questions or those hostile phrases, I felt like I was going through life naked, how cold I suffered.
I had a hard time adapting to those harsh climates, well, actually I didn't feel like I adapted, but I started to put on layers, I was adding them to the point that I was no longer that little girl who smiled at everyone. Despite my shyness, I had no problem being friends, but one thing was clear, I chose them only if I noticed that they had things in common with me. I really wasn't the same, even my face changed, I looked very serious to the outside and I started to send wrong messages, given my facial stiffness, there were too many layers that were weighing me down. I also started to give unpleasant answers, that is, bad answers.
Undoubtedly, I had become hardened and thought the world around me had a lot to do with it. I had grown tired of walking around naked while the words of others were lacerating my skin, but mostly my soul. I got tired of it all and covered myself with so many layers that I went to the other extreme. It became difficult for me to trust, to relate to others, and therefore, it was hard for me to make friends. Extremes are always bad and bad experiences definitely accompany them. Before I put on my armor, I remember standing still before the looks, gestures and malicious words of others.
Life has taught me that layers are necessary, but they are not always used, besides, the amount of them will depend on the onslaught of the weather, how adverse it may be. Today I feel that I do not hide, I enjoy the spring and I cover up if it is cold. There are people with whom I feel as free as the wind and I don't need layers, I value that very much. There are climates of climates, where looks say it all and not to mention what they can reproduce in words. In my field of work I can't be without a coat, I feel as if I were in the middle of a minefield, where with any movement something can explode, it is better to be protected.
I don't understand how there are people who proclaim happiness while their words smell and taste of gall. The layers protect me from that unpleasant smell that I don't want to taste. Hostility is their world, a world they seem to need to feel superior and supposedly happy. In those moments, I even use gloves as long as I occupy the same space, but as soon as I can, I get out of there.
In my experiences I can tell you that ....
When I was in college, I shared a dorm with a girl who I liked, but, I don't know why she was always on the defensive. Her responses were often disconcerting. As the days went by, we became closer, I was surprised when in one of her conversations she told me why she acted that way. She confessed to me that she had to put on that layer of toughness so that they would not realize that she was very weak in character. It was the only way to avoid being bullied.
At my workplace, even though we are all adults, the atmosphere is mixed, there is no shortage of cliques and no shortage of snide comments and looks. There are also people with good vibes and that's the good part that balances it all out. In fact, I found out that some of those co-workers label several of us, including me, as "gray people". I think those people who label others "as gray" don't have lives as colorful as they tout. People who feel good about their lives do not minimize others. So who are the grays, although I would give them another color and I reserve that for myself.
Today I can say that I am in control of my layers, that those hard and difficult days are behind me. I enjoy every detail, the smells of the little flowers, the green grass, the nice weather where you don't feel hot but not cold either, I enjoy a beautiful spring.
Thank you for reading
All photos are original, taken with my Xiaomi Redmi 9 phone