Una Buena Madre a mi entender, Ahora.

Una buena madre es quien se va volviendo innecesaria para los hijos a través del paso de los años y estos están creciendo. Una buena madre es la que entiende que hay que dejar ese impulso materno de querer siempre al pichón debajo de las alas, de sentirse una gallina con sus pollitos protegiéndolos de todos los errores, tristezas y peligros, hay que entender que ellos vivir sus propias experiencias y aunque estés, igual lo van a experiencial porque ya lo traen escrito en su alma y lo van a vivir. Para una mama es una ardua batalla no convertirse en una Super Madre que todas llevamos dentro y que los hijos lo entenderán solo cuando ellos se conviertan en madres y padres. Si siento que realice mi tarea correcta y eficaz, ahí tengo que soltar, fluir y volverme innecesaria, esto no es desamor, es dejar que el amor incondicional de madre, que mayormente es así, provoque vicios y dependencias en los hijos a tanto que fuera una droga, a tal punto de que no sean personas capaces de ser autónomos, confiados, independientes y seguros para tomar sus propias decisiones. Una buena madre debe dejar que los hijos tracen su rumbo y hagan elecciones cuando lo consideren conveniente, que superen sus propios obstáculos, que cometan sus propios errores y que aprendan de ellos y no se queden en frustraciones. Una buena madre tiene que aceptar que cada fase de la vida hay que vivirla y disfrutarla, que un nuevo logro de ellos debe de llenarnos de alegría a ambos, madre e hijo, se celebra, pero hasta ahí. Una buena madre tiene que saber que, en el proceso de liberación del hijo, el amor será permanente, el vínculo seguirá ahí, pero se ira transformando a lo largo de la vida hasta que sean adultos y que cuando construyan su propia familia, allí comienza su ciclo y se darán cuenta de acuerdo a la crianza que le dieron sus padres ellos si les sirve o si buscaran sus propias herramientas.
Los hijos deben saber que con seguridad estaremos con ellos firmes, en el triunfo o en sus fracasos, con un abrazo, unas palabras o una llamada para apoyarlos. Los hijos hay que inculcarle que ellos nacieron para ser libres, y no esclavos de nuestros propios miedos que le vamos inculcando a través del tiempo. El Padre y la Madre deben estar para guiarlos, para llevarlos y transformarlos en seres felices, amorosos, seguros de sí mismos y como lo amamos tenemos que darles alas para que vuelen, raíces para que crezcan y motivarlos a crear su propia historia de vida y para eso deben ser independientes. Esta buena madre está aprendiendo ahora después de tantos tropiezos, aceptando desde el corazón que eso es el deber ser, aunque yo no sea la más indicada por los tantos errores cometidos mi crecimiento personal me ha hecho fluir, aceptar y seguir haciendo de esto un aprendizaje para seguir mi andar con menos equipaje que cargar y al soltarlo he hecho mi vida más liviana y con más sabiduría, viendo las cosas desde otra perspectiva. Ahora pienso que un hijo debe aprender a volar solo, como los pajaritos que, aunque no saben igual lo hacen por su supervivencia. ESTO ES UNA BUENA MADRE A MI ENTENDER AHORA.

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