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En una sociedad donde se nos enseña a ser independientes y autosuficientes, puede resultar difícil aceptar la idea de pedir ayuda o apoyo.
Pedir puede ser visto como una señal de debilidad, dependencia o vulnerabilidad, lo que puede generar sentimientos de vergüenza, miedo o inseguridad. Es por eso que muchos de nosotros preferimos evitar pedir a otros, aunque esto nos cueste más trabajo o nos cause más dificultades.
En mi opinión, podría decir que hay varios factores que influyen en esta tendencia humana.
En primer lugar, el orgullo y la vanidad pueden ser obstáculos para pedir. A menudo queremos mostrar una imagen de éxito, fortaleza o independencia, para sentirnos valorados o admirados por los demás. Pedir algo que necesitamos podría socavar esta imagen, haciéndonos sentir vulnerables o expuestos a la crítica o el rechazo.
En lugar de reconocer nuestras debilidades, preferimos mantener una fachada de perfección o invencibilidad, aunque esto nos aleje de las personas que podrían apoyarnos.
Otro factor que puede influir en nuestra dificultad para pedir es el miedo al rechazo o al fracaso. Pedir algo implica correr el riesgo de ser ignorado, criticado o rechazado por los demás, lo que puede hacernos sentir mal o incluso humillados.
Además, pedir algo y no recibirlo puede reforzar la idea de que no somos lo suficientemente buenos, capaces o merecedores de lo que necesitamos. Por lo tanto, podemos sentirnos más seguros evitando el riesgo de pedir y manteniéndonos en nuestra zona de confort.
Por otro lado, también puede haber una cuestión de confianza en los demás. A veces no pedimos porque no confiamos en que los demás puedan o quieran ayudarnos.
Otras veces, podemos sentir que pedir algo es una carga para los demás, o que no queremos molestarlos o incomodarlos con nuestras necesidades. En estos casos, podemos preferir resolver las cosas por nuestra cuenta, aunque esto signifique más esfuerzo o sacrificio de nuestra parte.
A pesar de estas barreras, es importante recordar que pedir no es una señal de debilidad, sino de humildad y valentía. Reconocer que no podemos hacerlo todo por nosotros mismos y que necesitamos apoyo o ayuda de los demás es una muestra de madurez y sabiduría.
Pedir es una habilidad que se puede aprender y desarrollar, y que nos permite conectarnos con los demás, fortalecer nuestras relaciones y obtener lo que necesitamos para alcanzar nuestros objetivos.
Además, pedir no solo puede beneficiarnos a nosotros, sino también a los demás. Cuando pedimos algo, estamos dando a los demás la oportunidad de ayudarnos, de sentirse valorados o útiles, y de fortalecer su relación con nosotros.
Pedir puede ser una forma de construir la confianza y la colaboración entre las personas, y de crear un entorno más solidario y empático.
Todo lo anterior expuesto, lo aprendí de forma brutal al vivir una circunstancia que casi me llevó al suicidio. Me salvé porque decidí hacer a un lado los miedos y el orgullo; me atreví a pedir.
En resumen, nos cuesta pedir por muchas razones: el orgullo, la vanidad, el miedo al rechazo o al fracaso, la falta de confianza en los demás, entre otras. Sin embargo, es importante recordar que pedir no es una debilidad, sino una habilidad que nos permite obtener lo que necesitamos y conectarnos con los demás.
Pedir puede ser una señal de humildad y valentía, y puede beneficiarnos a nosotros y a los demás. Aprendamos a pedir cuando lo necesitemos y agradecer cuando nos dan lo que pedimos.
Contenido original, escrito exclusivamente para la iniciativa creada por @mosa71 - ¿Por qué nos cuesta pedir?.
Todos los Derechos Reservados. © Copyright 2023 Germán Andrade G.
Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Deepl para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés.
Todas las imágenes fueron procesadas con CANVA
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English
In a society where we are taught to be independent and self-sufficient, it can be difficult to accept the idea of asking for help or support.
Asking can be seen as a sign of weakness, dependence, or vulnerability, which can generate feelings of shame, fear, or insecurity. This is why many of us prefer to avoid asking others, even if it costs us more work or causes us more difficulties.
In my opinion, I could say that there are several factors that influence this human tendency.
First, pride and vanity can be obstacles to asking. We often want to show an image of success, strength, or independence, to feel valued or admired by others. Asking for something we need could undermine this image, making us feel vulnerable or exposed to criticism or rejection.
Instead of recognizing our weaknesses, we prefer to maintain a facade of perfection or invincibility, even if this alienates us from people who could support us.
Another factor that may influence our difficulty in asking is the fear of rejection or failure. Asking for something implies running the risk of being ignored, criticized, or rejected by others, which can make us feel bad or even humiliated.
In addition, asking for something and not receiving it can reinforce the idea that we are not good enough, capable, or deserving of what we need. Therefore, we can feel more secure by avoiding the risk of asking and staying in our comfort zone.
On the other hand, there may also be a question of trust in others. Sometimes we don't ask because we don't trust that others can or will help us.
At other times, we may feel that asking for something is a burden to others, or that we do not want to bother or inconvenience them with our needs. In these cases, we may prefer to solve things on our own, even if it means more effort or sacrifice on our part.
Despite these barriers, it is important to remember that asking is not a sign of weakness, but of humility and courage. Recognizing that we cannot do everything by ourselves and that we need support or help from others is a sign of maturity and wisdom.
Asking is a skill that can be learned and developed, and that allows us to connect with others, strengthen our relationships and get what we need to achieve our goals.
In addition, asking can not only benefit us but also others. When we ask for something, we are giving others the opportunity to help us, to feel valued or useful, and to strengthen their relationship with us.
Asking can be a way to build trust and collaboration between people, and to create a more supportive and empathetic environment.
I learned all of the above in a brutal way when I lived through a circumstance that almost led me to suicide. I was saved because I decided to put aside my fears and pride; I dared to ask.
In short, we find it difficult to ask for many reasons: pride, vanity, fear of rejection or failure, and lack of trust in others, among others. However, it is important to remember that asking is not a weakness, but a skill that allows us to get what we need and connect with others.
Asking can be a sign of humility and courage, and can benefit us and others. Let us learn to ask when we need it and be grateful when we are given what we ask for.
Original content, written exclusively for the initiative created by @mosa71 - Why do we find it difficult to order?.
All rights reserved. © Copyright 2023 Germán Andrade G.
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Deepl in order to translate my original Spanish content into English.
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