Aprendí desde pequeño gracias a mis padres que nada es duradero, que la vida en un sinfín de subidas y bajada y para todo ello hay que estar preparados.

Si sufría una caída, no debía quejarme si esta no era grave. Debía levantarme, sacudirme y seguir en lo que estaba haciendo. Y así lo he hecho en toda mi vida.

Todos hemos vivido circunstancias que no han hecho sufrir, desmoronar. No creo que exista alguien que no haya vivido eso.

Entonces, cada quien ha sabido superar esos desafíos y ha seguido adelante. Unos con heridas graves, otros les ha costado su recuperación, ha sido lenta, pero al final todos seguimos el camino de vida. Por supuesto, hay excepciones.

No se me había ocurrido que tenía alguna estrategia que utilizara para encontrar bienestar en mi vida. Tal vez las usaba, pero de forma inconsciente. Como si el cuerpo y la mente se activaran automáticamente para defenderse.

Intentaré enumerar y hablar de las que pudiesen ser mis estrategias.

Esta misma semana sufrí un golpe muy fuerte, la madre de mi hijo falleció. Ella fue mi primera novia formal, la que todos en la familia conocieron, fue mi primera esposa y la madre de mi primer hijo.

Fueron diez años de relación, desde el ser compañeros de trabajo a ser un equipo para divertirnos y lograr metas.

Escuchar a mi hijo llorar como un bebe me destrozó y también caí en llanto.

Fue una noticia maluca que arrebataba la fuerza de la respiración y que provocaba angustia y disgusto por la vida.

Esa situación me llevó a mis recuerdos, a los momentos en que fallecieron mi padre y mi hermano Enrique. Sentí exactamente lo mismo. Vacío. Que me habían quitado algo de mi ser y la única forma que sirvió para superar esos momentos fue llorar en la ducha.

Cuando estoy en la ducha, me siento aislado del planeta, estoy solo, desnudo, vulnerable y caigo en llanto como un bebe. El llorar me libera, me hace tomar fuerzas, para volver a lo cotidiano.

Primera estrategia: Llorar

Como la vida es una sube y baja, no todo es batallar contra la tristeza, hay momentos de alegría como el nacimiento de un hijo, una nieta, un buen trabajo y tantas cosas más.

Para ello, para poder asimilarlas y disfrutarlas hay que estar en forma. El ejercicio físico y el comer de forma sana te ayudan en los momentos buenos y te fortalecen para cuando llegan los malos.

Segunda estrategia: Cuidar el Cuerpo

No hay nada mejor para ser feliz que hacer lo que nos gusta y que de paso te paguen por ello.

Desde siempre identifiqué lo que me fascinaba y me ocupé que me pagaran por ello. No siempre ha sido así por alguna que otra circunstancia, pero me he esmerado que eso se cumpla.

Tercera estrategia: Hacer lo que me Gusta

Podemos llorar, cuidar nuestro cuerpo, hacer lo que nos gusta, pero si nuestra mente está colapsada, no estaremos bien.

Todos los días me levanto con la gratitud en alto. Todas las mañanas le dedico un momento importante a mi Dios. Le agradezco por lo bueno que es conmigo y mis familiares y por todo lo bueno que me hará llegar en el día.

Todos los días, dedico una lectura (puede ser pequeña) de temas de superación personal. Todos los días, me concentro en mi ser interior, me relajo con algo de música y dejo que mi mente vuele por paisajes hermosos.

Cuarta estrategia: Cuidar la Mente. Ser Agradecido

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Agradezco a @charjaim por esta maravillosa iniciativa que me ha hecho revisarme. También mi agradecimiento a mi admirada @purrix, una mujer noble, batalladora, buena madre. A ella por invitarme en su participación hermosa. Además, debo agradecer a ese ser de luz que es @cautiva-30. Mujer espiritual, llena de buena vibra y que exporta un destello de luz que roba sonrisas. Ella también me hizo llegar una invitación para estar aquí.

El bienestar es un proceso personal y dinámico, que depende de muchos factores internos y externos. Lo importante es buscar aquello que te haga feliz y te ayude a crecer como persona.

Sonríe, cuando le regalas sonrisas al universo, él te recompensa con milagros.