Saludos apreciados amigos de Hive y en especial a los que hacen vida aquí en @holos-lotus.

Siguiendo la secuencia de los ejercicios que he ido proponiendo en la columna, integrales y en expansión, con la finalidad de profundizar en ese maravilloso mundo interior e ir develando las capas de ese “quién soy”, hoy les traigo un interesante y valioso ejercicio, Veamos de qué se trata.

Todos tenemos un cuento, una historia de vida, que vamos construyendo en la experiencia, en las vivencias al lado de las personas que nos acompañan en este camino, vivencias que nos son comunes, pero que en nuestro proceso de interpretación podemos encontrar grandes diferencias porque cada uno la percibe y la siente a su manera.

Y en esta particularidad que nos distingue que cada quien va armando su cuento, ese que es el cuento que te cuenta ti mismo, las palabras que te dice, los pensamientos que llegan sin que los estés buscando, las percepciones e interpretaciones en las cuales te defines y que en definitiva hablan de quien eres.

Este cuento que nos contamos tiene una característica muy especial y es que, generalmente, no somos conscientes de él, de su mecanismo de producción. Esa narrativa interior dice mucho de quienes somos, de las luces y las sombras que nos acompañan, de la energía en la que vibramos y que es la expandimos a nuestro alrededor.

Partiendo de estas ideas, hagamos el siguiente ejercicio centrado en una pregunta fundamental: ¿De qué me doy cuenta? Y para ello observa tu pensamiento durante veinticuatro horas (como mínimo), ten papel y lápiz a la mano y ve anotando lo que vaya surgiendo como respuesta a las preguntas del siguiente cuadro.

Te recomiendo que uses tres hojas: en la primera anota lo correspondiente a las dos primeras preguntas; en la segunda las tres siguientes y en la tercera las tres últimas preguntas.

Hablemos un poco de las preguntas, sus respuestas y el cuento que nos vamos contando.

1.- Expresiones que uso frecuentemente para hablar de mí. En una oportunidad respondiendo a esta pregunta, me di cuenta que a cada rato me llamaba “loca”: ah, qué loca eres, si estás loca; pareces loca; cada día estás más loca. Profundizando en mis miedos hay uno que está presente por aquello de la historia familiar. Mi abuela materna, su mamá, mi mamá y dos tías, en sus últimos años fueron diagnosticadas con demencia senil.

Sus historias no tienen que ser mi historia, pero lo cierto es que cuando me di cuenta que usaba esta palabra para definirme, trabajé para eliminarla de mi vocabulario, pues sé que con ella estoy enviando un mensaje a mi cerebro, a mis células, a mi genética, de algo que no quiero en mi vida. De esto se trata el trabajo que te invito a realizar: Un darte cuenta para buscar transformar.

2.- Pensamientos recurrentes: ese pensamiento que va y viene a cada rato, cuando menos lo esperas, está allí haciendo acto de presencia y que posiblemente te lleve a emociones en las que no deseas estar.

Una de las recomendaciones que los especialistas dan para manejar estos pensamientos es precisamente no tratar de manejarlos, dejarlos que pasen, no enfocarse en ellos. Otros recomiendan confrontarlos, hablar con ellos e ir más al fondo para detectar si tiene fundamento o son magnificaciones.

Para mí esta segunda técnica es la que me ha funcionado y el trabajo ha consistido en redimensionar.

Un pensamiento recurrente que he tenido es que mis nietas corren peligro, no estoy cerca de ellas y me las imagino en situaciones de riesgo, lo que me llena de ansiedad. Respiro, me calmo y tomo el pensamiento, efectivamente pueden correr riesgos, sin embargo, logro redimensionar entendiendo que no puedo hacer mucho para protegerlas, que no puedo poner a sus padres en situaciones de angustia por mis pensamientos y me convenzo de que ellos hacen todo lo humanamente posible para protegerlas y cuidarlas.

No es que el pensamiento haya desaparecido, pero normalmente lo manejo y siento que me visita con menos frecuencia.

3.- ¿Qué pienso en relación con mi cuerpo, capacidades y emociones? En cuanto a mis capacidades, no tengo dudas en ellas, me siento satisfecha y cada día aporto a su fortalecimiento; en cuanto a mi cuerpo, sigo en un periodo de reconocimiento y aceptación, ya que en ocasiones no me reconozco en la que soy ahora.

De las emociones qué les puedo decir, a veces un pasito para delante y otras un pasito para atrás, pero cada día más consciente, reconociéndolas y trabajando en aquello que no me satisface ni me da bienestar.

4. En cuanto a si soy analítica, fantasiosa o emotiva, hay de todo un poco, aunque definitivamente soy bastante analítica, el pensamiento y las emociones se han convertido en mi laboratorio, los cuestiono, me pregunto por qué, me hago un plan, pruebo estrategias, y todo con la finalidad de transformar aquello que me afecta negativamente y me estanca para alcanzar mi propósito que es vivir en el mayor estado de armonía interior posible, lo que para mí significa paz y sosiego.

Bien, este es el cuento que yo me cuento ¿Cuál es el cuento que tú te cuentas?

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-La iniciativa estará vigente desde hoy hasta el martes 3 de septiembre de 2024.

In English

Greetings dear friends of Hive and especially to those who make life here in @holos-lotus.

Following the sequence of exercises that I have been proposing in the column, integral and expanding, in order to delve into that wonderful inner world and go unveiling the layers of that “who I am”, today I bring you an interesting and valuable exercise, Let's see what it is.

We all have a story, a life history, that we are building in the experience, in the experiences next to the people who accompany us on this path, experiences that are common to us but that in our interpretation process we can find big differences because each one perceives and feels it in their own way.

And in this particularity that distinguishes us, each one of us builds his own story, the story that you tell yourself, the words that you say, the thoughts that come to you without you looking for them, the perceptions and interpretations in which you define yourself and that ultimately speak of who you are.

This story that we tell ourselves has a very special characteristic and it is that, generally, we are not aware of it, of its production mechanism. This inner narrative says a lot about who we are, about the lights and shadows that accompany us, about the energy in which we vibrate and which we expand around us.

Based on these ideas, let's do the following exercise centered on a fundamental question: What am I aware of? To do this, observe your thoughts for twenty-four hours (at least), have paper and pencil at hand and write down what emerges in response to the questions in the following table.

I recommend that you use three sheets of paper: on the first one, write down the first two questions; on the second one, the next three questions; and on the third one, the last three questions.

Let's talk a little about the questions, their answers and the story we are telling ourselves.

1.- Expressions I frequently use to talk about myself. On one occasion, while answering this question, I realized that I was called “crazy” all the time: ah how crazy you are, you are crazy; you look crazy; you are getting crazier every day. Going deeper into my fears, there is one that is present because of my family history. My maternal grandmother, her mother, my mother and two aunts, in their last years were diagnosed with senile dementia.

Their stories do not have to be my story, but the truth is that when I realized that I was using this word to define myself, I worked to eliminate it from my vocabulary, because I know that with it I am sending a message to my brain, to my cells, to my genetics, of something that I do not want in my life. This is what the work I invite you to do is all about: A realization to seek to transform.

2.- Recurring thoughts: that thought that comes and goes all the time, when you least expect it, it is there making an appearance and possibly leading you to emotions in which you do not want to be.

One of the recommendations that specialists give to manage these thoughts is precisely not to try to manage them, to let them pass, not to focus on them. Others recommend confronting them, talking to them and going deeper to detect if they are founded or are magnifications.

For me this second technique is the one that has worked for me and the work has consisted in resizing.

A recurring thought I have had is that my granddaughters are in danger, I am not close to them and I imagine them in risky situations, which fills me with anxiety. I take a breath, calm down and take the thought, they may indeed be at risk, however, I manage to resize understanding that I cannot do much to protect them, that I cannot put their parents in distressing situations because of my thoughts and I convince myself that they are doing everything humanly possible to protect and care for them.

It's not that the thought has disappeared, but I usually manage it and feel that it visits me less frequently.

3.- What do I think in relation to my body, capacities and emotions? As for my abilities, I have no doubts about them, I feel satisfied and every day I contribute to their strengthening; as for my body, I am still in a period of recognition and acceptance, since sometimes I do not recognize myself as I am now.

What can I say about emotions, sometimes a little step forward and sometimes a little step back, but every day more conscious, recognizing them and working on what does not satisfy me or give me wellbeing.

4. As for whether I am analytical, fantasy or emotional, there is a little bit of everything, although I am definitely quite analytical, thinking and emotions have become my laboratory, I question them, I ask myself why, I make a plan, I try strategies, and all in order to transform what affects me negatively and stagnates me to achieve my purpose which is to live in the greatest state of inner harmony as possible, which for me means peace and tranquility.

Well, this is the story I tell myself. What is the story you tell yourself?