Buenas apreciados amigos, deseo que todos estén bien.
En esta oportunidad, quiero compartirles una experiencia maravillosa, que me ocurrió una mañana muy temprano en el patio de mi casa. Cuando por costumbre, salí a alimentar a unas palomitas que llegan a comer a diario, pero a su vez, en ese instante realizaba una plegaria a nuestro Padre Creador.
De repente, observé una luz resplandeciente que iluminaba todo a mi alrededor, ¡pense que no podía ser el sol!, puesto que eran las 5 de la mañana y estaba aún oscuro.
Ese hecho fenomenológico me impresionó y me condujo a afirmarme una vez más a misma, que siempre debemos actuar y obrar con amor, hacia los demás y aún mucho más con la madre Naturaleza.
Por otro lado, también pienso que cuando somos seres impregnados del amor de Dios y lo brindamos a nuestros semejantes, de forma desmedida, sin importarnos quien sea, el mismo Señor se encarga de retribuirnos multiplicadamente con sus bendiciones, todo lo que hemos brindado, llenándo de alegría nuestra vida y permitiéndonos disfrutar dia tras dias, de sus obras de arte, mejor creadas para nosotros.
Así mismo, observamos la plena confianza y seguridad que los otros seres sienten al estar a nuestro lado, sin temor alguno.
Por lo tanto, seamos un instrumento del amor de Dios y regelamos un poquito de lo que recibimos en cada amanecer.
No destruyamos nuestra propia vida y esencia, haciéndole daño a ninguno , ni mucho menos perturbadole su paz.
Gracias Señor, porque en cada una de tus obras veo tu rostro reflejado, mi Dios.
Hagamos siempre el bien y brindemos todo el amor que podamos regalar a la humanidad.