‘Conocarpus erectus’ (planta costera).

En un viaje que hice a Cayo Sal, en el Parque Nacional Morrocoy (Falcón, Venezuela), tuve la oportunidad de capturar fotografías y videos a una especie de planta costera, que es la que muestro en la presente entrada. La planta pertenece la familia Combretaceae y se ubica en el género Conocarpus, que posee, a la fecha, 7 especies según el Sistema Global de Información sobre Biodiversidad (the Global Biodiversity Information Facility, GBIF por sus siglas en inglés).

Es necesario previamente comentar, que el término “manglar” se refiere a una comunidad de plantas tropicales restringidas a zonas intermareales (entre marea alta y baja) y adyacentes (zonas cercanas), o sujetas a la influencia indirecta de las mareas, y el término “mangle” se refiere a una sola planta, es decir, a cualquier especie de planta en un manglar que cumpla con ciertas especializaciones morfológicas que comento a continuación.

Botánicamente, los mangles presentan, adaptaciones, especializaciones morfológicas de viviparidad (germinación del embrión cuando la semilla aún está en la planta madre), capacidad para excretar o manejar la sal, raíces con estructuras respiratorias por encima del nivel de inundación (raíces aéreas) y dispersión de las semillas por agua dada su flotabilidad; aunque todos estos caracteres no se encuentran necesariamente juntos en todas las especies.

Lo anterior lo comento porque la planta costera que muestro, que corresponde a la especie Conocarpus erectus, no es una especie de mangle según lo especificado anteriormente porque carece de adaptaciones mencionadas, no obstante, es una especie ecológicamente y tradicionalmente ligada íntimamente a los mangles. Conocarpus erectus no es un mangle verdadero porque las semillas no germinan en la planta y no tiene raíces especializadas, es más bien una especie asociada a los mangles, pero es un componente muy importante de los manglares. Destaco que, las especies asociadas al manglar habitan tanto en zonas dentro del manglar, como en zonas fuera de él, es decir, “tierra adentro”.

A menudo a esta especie se le considera como un mangle "verdadero", pero en general, es mejor considerarla como asociada a un manglar, ya que carece de cualquiera de los rasgos morfológicos y biológicos mencionados que caracterizan a los verdaderos mangles; además, se da en comunidades continentales. En la comunidad de manglares, Conocarpus es un componente del manglar, pero solo dentro de los límites de las mareas más altas. Tolera altas salinidades y suelos más bien secos, pero también crece en agua dulce o cerca de ella. Conocarpus erectus, es una especie que puede establecerse en zonas con menor inundación y salinidad, y por ello puede crecer bajo condiciones de inundación permanente o estacional en sitios con salinidad fuerte y moderada.

Conocarpus erectus es un árbol que puede alcanzar una altura de entre 3 y 8 metros, incluso hasta 10 metros, que generalmente se presenta con varios troncos o tallos extendidos, o como un arbusto bajo. La corteza del tallo es rugosa y fisurada con ramificación frecuente, pero difusa e irregular.

Sus hojas son alternas, simples, oblanceoladas, con márgenes enteros a algo ondulados. Tienen un pecíolo corto que puede llegar a medir hasta 1 centímetro el cual posee un par de glándulas circulares excretoras de sal, una a cada lado en la prolongación hasta el limbo en el envés (parte inferior) de la hoja. La superficie inferior de la hoja posee varios hoyos diminutos poco profundos (domacios) en los ángulos entre el nervio central y las venas principales. Las hojas pueden estar dispuestas en espiral, dispersas o algo agrupadas distalmente.

La planta es dioica, es decir, las flores masculinas y las flores femeninas se encuentran en diferentes individuos de plantas.

Las inflorescencias son terminales y compactas, y se presentan como panículas o espigas poco ramificadas bastante difusas; las flores se agrupan en cabezuelas (están insertas en un receptáculo) globosas o esféricas terminales de aproximadamente 5 milímetros de diámetro. Las inflorescencias femeninas suelen ser algo más compactas que las masculinas. Las cabezuelas masculinas tienen estambres prominentes en la antesis (tiempo de expansión de la flor hasta que está completamente desarrollada). Cada cabezuela tiene unas 25 flores. Las flores son algo dimórficas (con 2 formas o 2 aspectos anatómicos diferentes), cada una con un ovario inferior, piloso por encima y con 5 lóbulos del cáliz agudos con pelos escasos. Los pétalos están ausentes y el disco está bien desarrollado y es piloso. Las flores masculinas se distinguen porque tienen de 5 a 10 estambres funcionales, al principio recurvados pero erectos que son de unos 3 milímetros de largo en la antesis, el estilo es simple y el ovario es estrecho y comunmente incluye 1 o 2 óvulos no funcionales. Las flores femeninas poseen un ovario comprimido lateralmente bien desarrollado. Los estaminodios (estambres rudimentarios o estériles) son poco visibles y el estilo tiene un mechón de pelos cortos y escasos debajo del estigma.

Las flores se polinizan por medio del viento (polinización anemófila) o por medio de insectos (polinización entomófila) y puede predominar la anemófila sobre la entomófila por la constante incidencia del viento sobre los árboles, lo que se traduce en pocos insectos sobre las flores, o incluso, predominar la entomófila sobre la anemófila.

Luego de polinizadas las flores, la inflorescencia pasa a ser una infrutescencia, donde cada cabezuela fructífera (similar a una piña) es un fruto compuesto con forma esférica que contiene entre 30 y 40 frutos simples de aproximadamente 3 milímetros de largo, y cada uno contiene una sola semilla. Una infrutescencia puede contener de 20 a 52 piñas agrupadas en grandes racimos. Los frutos maduros son de color marrón-rojizo.

En el momento que se forman las semillas, éstas permanecen dentro de los frutos simples adheridos formando la piña. Al madurar las semillas, la piña adquiere una coloración café-rojiza o negra, y en consecuencia, para cada piña madura, las semillas que son pequeñas y angulosas dentro de los frutos simples, comienzan a desprenderse, es decir, se liberan por rotura de la piña (cabezuela) para luego ser dispersadas por el viento o por el agua porque flotan. Este proceso puede durar hasta 90 días después de secarse o madurar la piña, aunque algunas veces una piña puede permanecer adherida a una rama durante un año o más. Cabe destacar, que en Conocarpus erectus las semillas son abundantes pero muchas semillas son abortadas y la germinación en ocasiones suele ser difícil. También es de destacar, que la dispersión de las semillas es limitada cuando éstas se depositan en tierra, y las corrientes de agua constituyen el factor mas notable de dispersión de las semillas de Conocarpus erectus.

Finalmente comentar, que la floración en esta especie de planta se produce inicialmente cuando las plantas han alcanzado 3,5 metros de altura y más de 2 años de edad, y luego es un proceso continuo a lo largo de la vida; presente incluso en árboles viejos a punto de morir. Este proceso o fenómeno solo se ve afectado por las modificaciones estacionales de las épocas lluvias y sequías, destacando, que la mayor floración anual se inicia a finales de la época de sequía y culmina con una gran producción de semillas. Este tipo de floración asegura un aporte permanente de semillas.

A continuación se puede ver un video compilado de la planta costera Conocarpus erectus.

Referencias

Fotografías y video capturados con teléfono TECNO POP 7 (BF6).

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