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Un cordial saludo Damas y Caballeros, miembros activos de esta comunidad. Muy contenta de unirme, en el último día del año, Concurso #166 con la interrogante:

1️⃣ ¿Cuál es la lección o conocimiento que aprendiste este año que te benefició como dama?

En el último día del año 2023, mis emociones revolotean y se apoderan de mi estabilidad, mi mente se acelera entre vivencias y recuerdos, las ambivalencias de sentimientos se exacerban y los sentidos se desparpajan. Tengo poco tiempo transitando y compartiendo en esta comunidad, pero la calidad supera a la cantidad y aquí, hay mucho amor y empoderamiento. La energía se siente, vibra, fluye, es auténtica y verdadera, se destila y libera, solidaridad y compañerismo. Para mí es un excelso nutriente vitamínico, que me gratifica y enriquece con creces, gracias a todos por su aporte, lo aprecio.

Ha sido un año suculento y pletórico de vivencias, plural y heterogéneo, con momentos disímiles y discontinuos, entre particularidades, desencuentros y contrastes, pero también estando presentes en mi cofre de tesoros, momentos de alegrías y diversión, huellas perdurables de matices en mi historia de vida. Siempre auténtica, tal como soy, añadiendo legitimidad a mi existir para vivir. Un vivir para regocijarme en la existencia, dando sentido a lo que trasciende.

Este año aprendí que la versatilidad y la adaptabilidad son indispensables para desarrollarme y reinventarme, para fortalecerme ante los cambios y aprovecharlos para prosperar. Siempre en congruencia con mi esencia, sin menoscabo de mi estilo, ese que me hace única, insustituible e irrepetible, con mis luces y sombras, imperfecta y cada día más humana.

Este año asimilé que mi motor interior amalgama deseos, anhelos y necesidades, que debo ser fiel a mis convicciones, aunque a veces no concuerde en lo cotidiano, con la alteridad.

Este año comprendí que ser fiel a mis expectativas no hace daño a nadie, porque buscan intencionalmente mi bienestar emocional. Acepté que en este viaje llamado vida, en el ir y venir, cada día me alejo más de lo que los demás esperan de mí, porque me desgasta, me agota y me resta energía. Aprendí a rechazar firmemente las comparaciones, voy a mi ritmo y con mis intenciones, no son las de los demás, son las mías y a ello debo mi voluntad.

A pocas horas de despedir el año 2023 y recibir el año 2024, me visto de esperanza y actitud, me maquillo de alegría y magia, me encomiendo al tiempo viajero, preparándome para la utopía de lo nuevo que está por llegar, con mucho color y brillo en hechizos de sonrisas, que iluminarán y darán luz al camino, para evolucionar y fluir.

Seré la actitud que se transmuta, en la búsqueda de lo necesario para fortalecer mi capacidad de transformación. La fuente está en mí. Si necesito alas, las crearé, si necesito fuerza, la provocaré, si necesito rehacerme, me inventaré. Seré maleable para evolucionar, con alegría y decisión. Olas vienen, olas van, ese es el encanto de la vida, lo tengo presente, la actitud es la clave, acompañada en los paseos por la creatividad y buscando el propósito esencial, hacer lo que me haga feliz, fluyendo en armonía en una cotidianidad convulsa que le da sustento y aderezo, a mis días. Porque la vida en su encanto es una exquisita imperfección, donde la felicidad genuina son los simples detalles, de las pequeñas grandes cosas.

Antes de terminar este encuentro, me gustaría dejarles dos poemas como regalo, siento que conectan muy bien. Aquí están los enlaces, si quieren leerlos: Siempre Vuelvo a Empezar y Aprendí. Me despido, mis queridas Damas y Caballeros, Feliz Año Nuevo.