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Disfruta el camino que la vida te da
Puedo recordar claramente lo que ocurrió en mi vida un 16 de febrero hace más de una década. Como olvidarlo si ese día se haría realidad el mayor sueño que había tenido por aquel entonces, y el que me llevó a ser muy aplicada en mis estudios desde pequeña, pues me gustaba hacerlo, ya que siempre soñaba con el día en que me graduaría de la universidad.
Ese día obtendría mi título universitario, aquel papel por el cual había tenido un sin fin de desveladas estudiando para poder entender una clase o para poder aprobar un examen, por el cual había derramado lágrimas en la misma universidad al darme cuenta que a veces el gran esfuerzo que había puesto para pasar una materia no se veía reflejado, pues había reprobado la misma materia por segunda vez. Aquel título que me llevo a estudiar entre lágrimas a pocos días de la muerte de mi abuela pues apenas estaba empezando el primer semestre en la universidad y los exámenes no iban a esperar que pasara mi duelo, aquel nombramiento que por más de cinco años había obtenido todo mi esfuerzo.
Recuerdo que ese día me levante muy temprano pues estaba ansiosa, quería tener lo más pronto posible el título en mis manos y sentirme feliz por el logro obtenido. Ya para media mañana me encontraba sentada observando y escuchando el acto académico juntos a mis compañeros, cuando dieron inicio a la imposición de títulos a cada graduando. En este momento empecé a sentir muchos nervios, mis latidos aumentaron, comencé a sudar y las manos se me pusieron frías, estaba sintiendo miedo escénico. Al momento que me tocó ponerme de pie y caminar hacia el estrado podía sentir como mis piernas temblaban y mi mandíbula se movía, aun así sin dudar, camine hasta llegar hasta mi gran sueño. La rectora de la universidad fue la encargada de entregarme tan preciado título, el cual recibí de manera ceremonial con un apretón de manos y un “muchas gracias”.
A este punto me podía considerar la persona más feliz del mundo pues tenía en mis manos mi más preciado título. Pero no fue así, quede sorprendida al darme cuenta lo que sentía y que puede describirse con tan solo una palabra: "NADA".
Ya en la tarde mientras compartía un rico almuerzo con mi familia y la familia de mi novio, que nos regalaban para celebrar nuestra graduación; cada participante del almuerzo procedió a decir unas palabras con motivo del evento, algunas palabras fueron reflexivas, otras impresionantes, otras emotivas como las de mi mamá que terminaron en lágrimas, incluso hubo unas chistosas. Todo esto pasaba mientras pensaba que decir, pues aún no estaba preparada para decirles a todos, que no encontré la felicidad al tener mi título, creo que nadie en esa mesa estaba preparado para escuchar aquella revelación, por lo tanto cuando toco mi turno de hablar procedí a decir de manera automática: ¿y ahora qué hago?
Si, esa era la pregunta que tenía en la cabeza. Pero estaba segura que no se trataba con el mundo laboral, sabía que tenía que trabajar, sabía qué hacer en el trabajo, estaba segura de las cosas que había aprendido y como debía ejercerlas. Entonces la pregunta completa seria ¿y ahora qué hago para ser feliz?, pues si, toda mi felicidad la había puesto en aquel momento en el que tuviera mi título, pero no había sido así. Sin darme cuenta que no estaba persiguiendo un título o un nombramiento, estaba buscando la felicidad.
Aquella felicidad que muchos de nosotros ponemos en manos de objetos u otras personas, sin darnos cuenta que ésta depende solo de ti, entonces decimos seré feliz cuando tenga un carro, cuando tenga mi casa, cuando sea famoso, cuando gane un millón de dólares, cuando me case con el amor de mi vida, cuando tenga un hijo, cuando consiga un mejor empleo, cuando...., cuando… Esas expectativas que ponemos en solo ese “algo” que no tenemos y que nos hará feliz, y nos olvidamos de disfrutar el camino que recorremos para ese obtener ese algo.
Puedo decir que fui muy feliz en mi vida universitaria, fui feliz un sinfín de veces cuando reía a carcajada con mis amigas, por no decir que era a diario; fui feliz preparándome para una exposición y a pesar de tener miedo escénico pararme para exponer según yo sin que nadie notara mi miedo, fui feliz al observar aquella máxima nota en el examen fruto del esfuerzo, fui feliz cuando mis profesores decían que confiaban en mí como persona y como futura profesional, fui feliz al aprobar aquella materia que me había quedado dos veces, fui feliz mientras conocía al hombre que me acompañaría en mi vida, podría decir que hubieron muchos momentos de felicidad en el camino hacia mi título, pero que a veces no puedo recordar por haber estado enfocada solo en: "Seré feliz cuando tenga mi título".
Gracias a esto, hoy he decidido ser feliz, claro que tengo sueños y metas, y trabajo para obtenerlas pero esta vez sé que mi felicidad no depende de obtenerlas o cumplirlas, sé que la felicidad depende de mí.
Hoy he decido ser feliz, disfrutando aquella avena caliente que me prepara mi esposo, guardando en mi corazón aquel abrazo y beso de mi hijo al decirme mamá te amo, sintiendo la brisa fresca de la mañana, mientras me baño y doy gracias a Dios por un nuevo día de vida, regando mis plantas y ver lo bonitas que están, hablando con mi mamá sobre aquella cosa que me agobia y sintiendo que no importa la edad que yo tenga ella siempre estará para mí, compartiendo con mi esposo la inquietudes y alegrías de mi corazón, charlando con mi mejor amiga y reírnos un buen rato como lo hacíamos en la universidad, disfrutando un atardecer, al observar la luna llena y cantarle una canción cualquiera, que le ha escrito cualquier autor, leyendo las cosas que he escrito y ver entre lágrimas que tienen realmente mi esencia.
Hoy he decido ser feliz, porque aprendí a disfrutar el camino…
English
Enjoy the path that life gives you
I can clearly remember what happened in my life on February 16th more than a decade ago. How to forget it if that day would come true the biggest dream I had had at that time, and the one that led me to be very applied in my studies since I was a little girl, because I liked to do it, as I always dreamed of the day I would graduate from college.
That day I would get my university degree, that paper for which I had had endless sleepless nights studying to understand a class or to be able to pass an exam, for which I had shed tears at the university when I realized that sometimes the great effort I had put to pass a subject was not reflected, because I had failed the same subject for the second time. That title that led me to study in tears a few days after the death of my grandmother because I was just starting my first semester at the university and the exams were not going to wait for me to pass my mourning, that appointment that for more than five years I had obtained all my effort.
I remember that day I woke up very early because I was anxious, I wanted to have the degree in my hands as soon as possible and feel happy for the achievement. By mid-morning I was already sitting there watching and listening to the academic ceremony together with my classmates, when they began the conferring of degrees to each graduate. At this moment I began to feel very nervous, my heartbeat increased, I began to sweat and my hands became cold, I was feeling stage fright. By the time it was my turn to stand up and walk to the podium I could feel my legs trembling and my jaw moving, yet without hesitation, I walked until I reached my big dream. The rector of the university was in charge of handing me such a precious title, which I ceremonially received with a handshake and a "thank you very much".
At this point I could consider myself the happiest person in the world because I had in my hands my most precious title. But it was not like that, I was shocked to realize what I felt and that it can be described with just one word: "NOTHING".
In the afternoon while I was sharing a delicious lunch with my family and my boyfriend's family, which we were given to celebrate our graduation; each participant of the lunch proceeded to say a few words to mark the event, some words were thoughtful, others impressive, others emotional like my mom's that ended in tears, there were even some funny ones. All this happened while I was thinking what to say, because I was not ready to tell everyone that I was not happy to have my degree, I think no one at that table was ready to hear that revelation, so when it was my turn to speak I proceeded to say automatically: what do I do now?
Yes, that was the question on my mind. But I was sure that it was not about the working world, I knew I had to work, I knew what to do at work, I was sure of the things I had learned and how I should practice them. So the full question would be, what do I do now to be happy? because yes, I had put all my happiness in that moment when I would have my degree, but it had not been like that. Without realizing that I was not chasing a title or an appointment, I was looking for happiness.
That happiness that many of us put in the hands of objects or other people, without realizing that it depends only on you, so we say I will be happy when I have a car, when I have my house, when I am famous, when I earn a million dollars, when I marry the love of my life, when I have a child, when I get a better job, when ...., when... Those expectations that we put in just that "something" that we do not have and that will make us happy, and we forget to enjoy the road we travel to get that something.
I can say that I was very happy in my college life, I was happy countless times when I laughed out loud with my friends, not to say it was daily; I was happy preparing for an exhibition and despite having stage fright, I was happy when I stood up to present my work without anyone noticing my fear, I was happy when I saw that maximum grade in the exam as a result of my effort, I was happy when my professors said they trusted me as a person and as a future professional, I was happy when I passed that subject that I had failed twice, I was happy while I met the man who would accompany me in my life, I could say that there were many moments of happiness on the way to my degree, but sometimes I can not remember because I have been focused only on: "I will be happy when I have my degree".
Thanks to this, today I have decided to be happy, of course I have dreams and goals, and I work to obtain them but this time I know that my happiness does not depend on obtaining them or fulfilling them, I know that happiness depends on me.
Today I have decided to be happy, enjoying that hot oatmeal that my husband prepares for me, keeping in my heart that hug and kiss from my son when he tells me mom I love you, feeling the fresh morning breeze, while I take a bath and thank God for a new day of life, watering my plants and seeing how beautiful they are, talking to my mom about that thing that weighs me down and feeling that no matter how old I am she will always be there for me, sharing with my husband the worries and joys of my heart, chatting with my best friend and having a good laugh as we did in college, enjoying a sunset, watching the full moon and singing a song written by any author, reading the things I have written and seeing in tears that they really have my essence.
Today I decided to be happy, because I learned to enjoy the road...
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Since English is not my native language, I have used the free version of the translator DeepL for the translation of this post.
