Hablemos de Cibercultura [ESP]

Saludos para todos. Hoy quiero compartirles un breve análisis sobre la cibercultura. Acompáñame en este análisis.

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Diseño realizado con Canva e imagen libre de derechos de autor tomada de Freepik / Autor: vectorjuice


El avance tecnológico, según mi percepción, es una de las principales manifestaciones de la evolución del ser humano. Es una expresión tangible de todo lo que la mente humana puede idear y crear, la muestra de que el ser humano puede superarse a sí mismo en la medida que promueve la solución de sus problemas y la atención de sus necesidades de una forma cada vez más eficiente. Esta idea ya la he compartido en otros contextos y todavía la sostengo.

Lógicamente, el avance tecnológico y, especialmente del internet ha traído consigo el surgimiento de nuevas formas de comunicarnos, expresarnos, interactuar y relacionarnos con otros. Nuevas actitudes y valores asociados a ese mundo digital que nos espera cada día lleno de información y conocimiento. Todo ello es lo que se ha llamado cibercultura.

En este orden de ideas, hablar de cibercultura es hablar de nuestra cultura, no de otra cultura. A mi parecer, esto que hemos llamado cibercultura se trata de nuevas formas de interactuar entre las personas que se han integrado a la cultura que ya teníamos antes de la aparición del internet.

A pesar de que el mundo digital, también llamado ciberespacio, tiene sus propios códigos, ese mundo virtual no está separado del mundo físico sino que hemos llegado a un punto en que ambos se complementan cada vez más. Por ejemplo: podemos comprar un bien en el mundo virtual del cual podremos disfrutar en el mundo real o físico. Entonces, ¿Son mundos diferentes? No lo creo. De allí mi aseveración de que estamos hablando de un todo.

De esta manera, si habláramos de los pro y los contra de la cibercultura tendríamos que hablar de los pro y los contra de esas nuevas actitudes y valores que hemos adoptado producto del uso constante de la tecnología y nuestro diario transitar por el ciberespacio.

Lo positivo de la Cibercultura

En cuanto a los aspectos positivos de la cibercultura debemos mencionar, en primer lugar, la posibilidad que tenemos para comunicarnos en tiempo real con familiares y amigos que se encuentran espacios geográficos distintos y hasta con usos horarios distintos. También debemos mencionar la capacidad que tenemos de acceder rápidamente a la información de lo que ocurre en nuestro país y el mundo entero.

Del mismo modo, ya no necesitamos estar sentados toda una jornada académica en el aula de una institución educativa para estudiar una carrera universitaria o realizar un curso de formación. La posibilidad de seguir formándonos es un gran logro que se ha alcanzado especialmente en los dos últimos años; la educación virtual, al igual que la presencial, es uno de los actos más sublimes del ser humano.

Adicionalmente, la facilidad de realizar nuestras transacciones bancarias desde la seguridad y comodidad de nuestro hogar, obtener servicios de recreación audiovisual, comprar y vender bienes y servicios y hasta consultar a un psicólogo o a un médico solo con una video llamada son logros que cientos de años atrás eran impensables. Poco a poco, cada uno de los beneficios que he señalado ha pasado a formar parte de nuestro quehacer diario, de nuestra cibercultura.

El lado negativo de la Cibercultura

Pero, como todas las cosas que tienen que ver con el ser humano, falible e imperfecto, suelen tener su lado negativo, esta cibercultura de la que venimos hablando no está exenta de fallos tales como la promoción de antivalores (mentira, burla, envidia…), la falsificación o robo de identidad, estafas, organización de delitos informáticos, ciberacoso, robo de datos personales y una serie de actitudes negativas surgen a diario en el ciberespacio.

Otros fenómenos que no se pueden dejar de mencionar son: el aislamiento de las personas, la falta de comunicación, el empobrecimiento del lenguaje, el afán por las cosas rápidas o la inmediatez, el fomo, la disminución en la capacidad de atención, la adicción a los videojuegos y/o al internet, en fin, aspectos negativos asociados más que todo con la forma como los individuos han asumido este nuevo mundo virtual.

Ciberfílicos Vs. Ciberfóbicos

Todo lo mencionado anteriormente, ha dado paso a un grupo de autores que hablan del tema de la cibercultura, algunos a favor (ciberfílicos) y otros en contra (ciberfóbicos).

Dentro del primer grupo podemos mencionar a Pierre Lévy, escritor, filósofo y profesor tunecino investigador en ciencias de la comunicación francesa, quien es uno de los autores que promueve el uso de la tecnología y hace un especial énfasis en como ésta contribuye a la formación de lo que él ha llamado inteligencia colectiva.

Personalmente, estoy muy de acuerdo con sus ideas porque, para nadie es un secreto que todo lo que aportamos en el ciberespacio, en términos de información y conocimiento, también aporta a un conocimiento mayor del que cada individuo forma parte. Es así como lo que ahora somos como sociedad, es la suma de todos los aportes del ser humano a lo largo de la historia y que se ha multiplicado y fortalecido con el avance de la tecnología.

En contraposición a los ciberfílicos se encuentran los ciberfóbicos. Dentro de este grupo me gustaría resaltar la obra de Paul Virilio quien fue un teórico cultural y urbanista que se oponía a la idea de que la rapidez en el desarrollo de la tecnología se tomara como sinónimo de progreso. Él hablaba de cómo cada invento del hombre tenía asociada un fallo, una tragedia, de lo cual no escapa la tecnología.

Aunque parezca contradictoria mi posición, también estoy de acuerdo con él. Sin pretender ser fatalista y sin negar el desarrollo que ha alcanzado la humanidad con los avances tecnológicos, tal como lo mencioné al principio de este artículo, la idea de que estos avances solo han traído progreso, es una mentira.

Como señalé anteriormente, la tecnología ha traído consigo consecuencias negativas que han tenido que ver más que todo con su uso indebido, pero que están allí. ¿Cuál sería la “tragedia”, en palabras de Virilio, asociada a la tecnología? Yo diría que el aislamiento de quienes se vuelven adictos a ella, olvidándose que son seres sociales que necesitan de otro ser humano para desarrollarse dentro de la sociedad.

Cibercultura y Docencia

Dicho todo esto, me veo en la necesidad, como docente, de pensar en qué aspectos de la cibercultura podría tomar en cuenta para desarrollar una metodología que facilite la integración de la tecnología en el proceso de enseñanza y aprendizaje, por lo que me inclinaría hacia la interactividad como un elemento que unido al aprendizaje ubicuo favorece la conformación de comunidades de aprendizaje, donde sus miembros no estarían limitados ni por el tiempo ni por el espacio para compartir saberes y seguir contribuyendo a la conformación de esa inteligencia colectiva de la cual nos habla Pierre Levy.

La idea es trasladar al mundo virtual lo que normalmente hacemos en el plano físico, pero con la posibilidad de que participen más personas por medio del uso del internet. Es una práctica que ya he venido haciendo fuera del contexto educativo formal con muy buenos resultados, por lo que estoy convencida de los efectos positivos que una comunidad de aprendizaje puede propiciar.

Con este análisis solo pretendo dar mi posición personal sobre el tema de la cibercultura y aportar a esa inteligencia colectiva que, desde este espacio construimos quienes en él interactuamos.

Si piensas que este artículo puede ayudar a otra persona, no dudes en compartirlo. Me gustaría leerte en los comentarios para seguir disertando sobre el tema. Hasta la próxima.


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