Rising Star - Los buenos recuerdos de Mr. Dependable [ESP/ENG]

Todos tienen una historia, la mía es una más del montón. No sé si soy el chico malo que parece bueno o un chico bueno que aparenta ser malo, lean parte de mis buenos recuerdos y lleguen a la conclusión ustedes mismos.

Desde que nací he vivido con los prejuicios de los que me rodean. Soy un hombre de un barrio pobre en las afueras de la cuidad, al pie de la montaña donde se respira naturaleza, y no el asfixiante humo de los carros o el contaminante sonido de las quejas.

De joven no tuve lujos ni riquezas. “No tienes nada ni siquiera valor”, me gritaban en las calles cuando todos iban por allí con sus ropas nuevas y brillantes, mientras yo portaba un harapiento uniforme escolar que me protegía de la desnudez, pero no me cubría lo suficiente, ya que me dejaba indefenso ante la humillación.

Y ustedes pensarán: ¡Qué triste la vida de Mr. Dependable! Y nada más lejos de la realidad; mi mamá una leona proveniente de una tierra llena de valientes y soñadores, me enseñó que en la vida: “nos arropamos hasta donde alcance la cobija”, pero trabajamos para tener una cobija más grande y no pasar frío.

Me enseñaron a vivir con poco que era mucho para ese entonces, considerando que era el mayor de 8 hermanos, el segundo al mando después de mi padre, y los recursos no abundaban, pero las sonrisas nunca nos abandonaron; fui tan feliz con esas tardes donde nos sentábamos todos en el callejón a mirar la televisión, que la vecina encendía con la puerta abierta mostrando gentileza.

Mis hermanos y yo conocíamos la dicha, cuando con un carro hecho de madera que andaba solo con imaginación, una pelota improvisada y un papagayo (o cometa) creíamos que el cielo representaba esa libertad de ser feliz en medio de la pobreza, aunque pocos me crean nunca me quejé pues mi madre hacia lo posible.

Como cuando para preparar una olla de arroz a la leña mezclada con granos de caraotas (frijol negro), guardaba su orgullo y pedía a crédito lo que seguro le costaría una vida pagar. No decía te quiero cada noche pero como se esforzaba por su camada, se notaba que nos amaba con el corazón y más.

Conforme fui creciendo las cosas mejoraron, mi madre una mujer astuta e inteligente sin ningún diploma o estudio, era una abogada honorífica con un respeto que traspasaba los límites de un rancho que bloque a bloque se convirtió en casa, pero nunca dejó de ser un hogar. Me sentía satisfecho con tan poco que ahora que los años surcan mi rostro y acentúan mi expresión de júbilo, un recuerdo se convierte en un tesoro para mí.

Sé que los prejuicios no pueden definirme, ni mi origen, ni mucho menos la forma en que visto, hablo o me veo al caminar; es como un ladrón con suciedad que en nada se diferencia otro que porta corbata o moño, tu superficie no define lo que llevas dentro.

Cuantas puertas se han cerrado, muchos echaron mi talento y orgullo a la basura, pero ahora he logrado ver el sol salir: Rising Star llegó a mi vida, no miró la superficie sino el talento que me representa, y ahora, me rió de los que me han señalado como el pobre "Mr. Dependable".

Me siento orgulloso de quien soy, de mi viejita y ese colchón que por años me acompañó pegado al suelo donde la hormigas podían molestar mi carne, porque aunque haya decidido grabar con fuego y tinta mi piel cada recuerdo, eso no me hace poco merecedor del éxito y les aseguro que no envidio el de los demás.

No sé si soy bueno o malo, lo que sé es que trabajo por lo que quiero y lo obtengo honradamente, sin atajos que retrasan tu andar y sin ensuciar mi alma aunque crean lo contrario. Juzguen ustedes en qué lado de la balanza estoy.

Everyone has a story, mine is just another one of the bunch. I don't know if I'm the bad guy who looks good or a good guy who looks bad, read some of my good memories and come to the conclusion yourselves.

Since I was born I have lived with the prejudices of those around me. I am a man from a poor neighborhood on the outskirts of the city, at the foot of the mountain where you can breathe nature, and not the suffocating smoke of cars or the polluting sound of complaints.

When I was young I had no luxuries or riches. "You have nothing or even worth," they would shout at me in the streets when everyone went around in their shiny new clothes, while I wore a ragged school uniform that protected me from nudity, but did not cover me enough, as it left me defenseless against humiliation.

And you may think: How sad the life of Mr. Dependable! And nothing could be further from the truth; my mother, a lioness from a land full of brave and dreamers, taught me that in life: "we tuck ourselves in as far as the blanket will take us", but we work to have a bigger blanket and not be cold.

I was taught to live with little, which was a lot for that time, considering that I was the oldest of 8 siblings, the second in command after my father, and resources were not abundant, but smiles never left us; I was so happy with those afternoons where we all sat in the alley to watch television, which the neighbor would turn on with the door open showing kindness.

My siblings and I knew happiness, when with a car made of wood that ran only with imagination, an improvised ball and a parrot (or kite) we believed that heaven represented the freedom of being happy in the midst of poverty, although few believe me I never complained because my mother did what was possible.

Like when, to prepare a pot of wood-fired rice mixed with black beans, he would save his pride and ask for credit for what would surely cost him a lifetime to pay for. He didn't say I love you every night but as he made an effort for his litter, you could tell he loved us with his heart and more.

As I grew up things improved, my mother, a shrewd and intelligent woman without any diploma or studies, was an honorary lawyer with a respect that went beyond the limits of a ranch that block by block became a house, but never ceased to be a home. I was satisfied with so little that now that the years furrow my face and accentuate my jubilant expression, a memory becomes a treasure to me.

I know that prejudices cannot define me, nor my origin, much less the way I dress, speak or look when I walk; it is like a thief with dirt that is no different from another who wears a tie or bow tie, your surface does not define what you carry inside.

How many doors have been closed, many threw my talent and pride in the trash, but now I have managed to see the sun come out: Rising Star came into my life did not look at the surface but at the talent that represents me and now I laugh at those who have pointed me out as poor Mr. Dependable.

I am proud of who I am, of my old lady and that mattress that for years accompanied me glued to the floor where the ants could bother my flesh, because even though I have decided to engrave with fire and ink my skin every memory, that does not make me undeserving of success and I assure you that I do not envy that of others.

I do not know if I am good or bad, what I know is that I work for what I want and I get it honestly, without shortcuts that delay your walk and without dirtying my soul even if I believe otherwise. You be the judge of which side of the scale I am on.