Adversidad en control

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Eclesiastés 7:1 -22

Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento.
2 Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.
3 Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.
4 El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en la casa en que hay alegría.
5 Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.
6 Porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla. Y también esto es vanidad.
7 Ciertamente la opresión hace entontecer al sabio, y las dádivas corrompen el corazón.
8 Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.
9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
10 Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
11 Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol.
12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.
13 Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?
14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.
15 Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
16 No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte?
17 No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?
18 Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.
19 La sabiduría fortalece al sabio más que diez poderosos que haya en una ciudad.
20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
21 Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti;
22 porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.
RVR 1960

Cuando las cosas marchan bien y el viento sopla de nuestro lado, poco nos detenemos a evaluar las razones de tanta calma, pero todo lo contrario ocurre en medio de las desgracias de la vida, ya que al enfrentar una crisis financiera, la perdida de empleo, la enfermedad o una decepción, muchos realizan una introspección hacia sus adentro, para encontrar la raíz de cada problema y tener una respuesta al por que. Sin embargo, no todo el tiempo nuestras dificultades son el producto de erróneas decisiones, o el resultado de una vieja factura del destino, pues aun Dios permite que enfrentemos las adversidades para formar nuestro carácter, afianzar un principio de su palabra, o probar nuestra fe. Debemos estar preparados en todo tiempo para los desafíos que nos impone este mundo, ya que solo así, aprendemos a depender de cristo, quien nos sostendrá dando vigor a nuestra alma, hasta cumplir el propósito trazado por su voluntad.

Si hoy gozas de cierta estabilidad en cada una de las áreas de tu vida, y no estas dispuesto a aceptar ningún revés del destino, es posible que no toda la vida sea color de rosa, y tengas que sortear mas adelante cualquier tipo de adversidad preparada por le enemigo.

Por ello, en vez de lamentarte de sus imperfecciones o tu mala suerte, aprovecha la oportunidad para darle gracias a Jesús, buscándole a través de su palabra, entregándole tus cargas cada día a través de la oración.

Aun en la calamidad Dios tiene el control

Post inspirado en lectura de alimento para el alma

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