A medida que el siglo 21 sigue transcurriendo, van apareciendo fenómenos culturales, nacidos del impacto de la tecnología y las redes sociales en nuestras vidas.
Como sociedad nos hemos vuelto cada vez más obsesionados con la inmediatez y la gratificación instantánea. Esta obsesión se refleja en nuestra forma de consumir información, interactuar con los demás y buscar entretenimiento. Es cierto que la tecnología ha transformado nuestra forma de comunicarnos y acceder a la información, donde la prioridad de lo inmediato y la hiperactividad para no perdernos tendencias, son el baremo de lo que disfrutamos.
Esta facilidad de acceso creada y fomentada en todas las plataformas digitales, ha dado origen a una cultura en la que esperamos resultados rápidos y nos frustramos cuando las cosas no suceden al instante. Las plataformas sociales permiten que compartamos instantáneamente momentos de nuestras vidas, pensamientos y opiniones con un público amplio.
Sumemos a ello, el auge de los servicios de entrega rápida, que ha llevado a una mayor expectativa de gratificación instantánea, porque pedimos productos en línea y los recibimos en cuestión de horas o incluso minutos.
Esto ha creado una cultura en la que esperamos que nuestras necesidades sean satisfechas al instante, sin tener que esperar. El culto al instante.
Este culto, se ha venido acompañando de varias sombras que no notamos, por un lado la falta de profundidad y verificación ya sea informaciones o noticias, lo que nos lleva a la propagación de información errónea o falsa, así como la creencia que la felicidad, el bienestar o la riqueza son alcanzables de forma instantánea, llevándonos a cultivar exasperación porque nos sabemos tener paciencia o perseverancia.
A ello debemos agregar la comparación constante con los demás en las redes sociales y la búsqueda de validación instantánea, de allí la ansiedad, baja autoestima y sentimientos de insatisfacción, por lo que disfrutar el momento presente, ya no es posible.
En definitiva, el culto al instante, visto desde sus aspectos negativos, es un alerta, para que nos eduquemos, trabajemos y desarrollemos habilidades a largo plazo, trabajando diligentemente hacia ellas.
The cult of the instant
As the 21st century continues to unfold, cultural phenomena, born of the impact of technology and social media on our lives, are emerging.
As a society we have become increasingly obsessed with immediacy and instant gratification. This obsession is reflected in the way we consume information, interact with others and seek entertainment. It is true that technology has transformed the way we communicate and access information, where the priority of the immediate and the hyperactivity to not miss trends are the yardstick of what we enjoy.
This ease of access created and fostered on all digital platforms has given rise to a culture where we expect quick results and get frustrated when things don't happen instantly. Social platforms allow us to instantly share moments of our lives, thoughts and opinions with a wide audience.
Add to that, the rise of fast delivery services, which has led to an increased expectation of instant gratification, because we order products online and receive them in a matter of hours or even minutes.
This has created a culture where we expect our needs to be met instantly, without having to wait. The cult of the instant.
This cult, has been accompanied by several shadows that we do not notice, on the one hand the lack of depth and verification either information or news, which leads us to the spread of erroneous or false information, as well as the belief that happiness, welfare or wealth are achievable instantly, leading us to cultivate exasperation because we do not know how to have patience or perseverance.
To this we must add the constant comparison with others in social networks and the search for instant validation, hence the anxiety, low self-esteem and feelings of dissatisfaction, so that enjoying the present moment is no longer possible.
In short, the cult of the instant, seen from its negative aspects, is an alert, so that we educate ourselves, work and develop long-term skills, working diligently towards them.
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