Todo comenzó con una sonrisa, creí que no se podía amar de tal forma. Jamás pensé tener un amor que me consumiera, que me diera las ganas de vivir que la vida me había robado. Me han preguntado, si vale la pena sentirse así por alguien... la verdad es que si, si existiera la eternidad la amaría eternamente.
A veces no encuentro las palabras correctas para expresar las cosas que siento al momento y suelo cometer muchos errores, después viene el arrepentimiento por cosas que dije o que callé. No hay un manual para el amor o para dejar de ser un idiota, a veces elijo correr y no enfrentarme con la realidad.
Soy egoísta, muchas veces preferí estar bien yo, que ponerla a salvo de mí. Pues en toda esta historia ella fue la única víctima. Entendí que conmigo nunca sería feliz y que jamás iba haber una gran historia o algo épico entro nosotros, lo nuestro fue algo efímero.
Algo cambio en mi, por primera vez preferí dejar el egoísmo a un lado y permití que fuera feliz, sin mi. Espero escriba su propia historia lejos de mí. La amaba demasiado como para retenerla a mi lado. Quizás suene algo contradictorio pero sé que no estábamos destinados a ser, fuimos parte de una jugada del destino.
La puso en el momento correcto y cuando más la necesite pero luego me dio la lección de mi vida y es que, por más que ames a alguien jamás debes olvidar quien eres y lo que vales. A la persona más orgullosa no le importó perder el orgullo por amor, sentí como me rompieron el corazón en mil pedazos, pero las he unido con el tiempo, pieza por pieza como un rompecabezas. Creo que jamás dejare de ser egoísta porque es lo que soy, pero ahora entiendo mejor la vida y la soledad.
Aprendí a levantarme después de caer miles de veces, comprendí que necesito a alguien que me ayude a no volver a cometer los mismos errores y que no viva en el pasado juzgándome por cosas que hice o deje de hacer.
La persona de la foto es la musa de mi escrito, espero y les haya gustado.
