Hola, querido hiver.
Con el final de las vacaciones navideñas llegó también la recuperación de la gripe que padecí en ellas. En lugar de pensar que me las ha estropeado elijo agradecer que mi marido tenía vacaciones y de este modo hemos podido cuidar uno del otro. La evolución irregular del proceso favoreció este aspecto y de este modo la hemos curado bien.
Poco a poco he retomado mi actividad habitual, aunque con reservas. Mi prioridad es cuidarme y evitar agobiarme. He forzado la máquina demasiadas veces anteponiendo deseos y necesidades ajenos. Ahora es el turno de ser la protagonista de mi vida.
Ayer estuve con una amiga y me contó una mala experiencia por la que ha pasado recientemente. Me dijo que se acordó mucho de mí porque le ocurrió lo mismo que me ha pasado a mí tantas veces: ella se entregó y se esforzó por quien no lo merecía. Se trataba de un asunto laboral, igual que mis experiencias. Y se sentía culpable y tonta por no haberse dado cuenta de que se aprovechaban y de que no le iban a devolver sus favores ni su entrega.
Me sorprendí a mí misma al darle mi respuesta, te aseguro que hace unos años la rabia me habría recorrido las entrañas por conocer esa injusticia hacia mi amiga. Me habría enfadado y habría despotricado respecto a lo mala persona que me parecía su ahora ex-jefa.
En cambio, reaccioné con calma y serenidad. Le proporcioné tanta tranquilidad como pude para asegurarle que ella (mi amiga) no había hecho nada malo, que es maravillosa como es por cómo es y que la otra persona simplemente no lo supo apreciar.
A veces pensamos que los demás harán lo que nosotros haríamos en esa situación y en cambio no es así. Pero eso no significa que tengan malas intenciones o que deseen dañarnos a conciencia. Puede ser por simples diferencias de carácter o de experiencias vividas, sin más.
Ante casos así debemos protegernos para que no nos duelan tanto. Ser capaces de pasar página y no quedar enganchados en un bucle de remordimiento o culpabilidad. Confiar en nosotros mismos es la base para una buena vida y los desencuentros con otras personas suponen obstáculos de hoy que nos enseñan para el mañana.
Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!
Aviso: Todo lo publicado en este post es de mi autoría, excepto los elementos en los que doy crédito a su/s autor/es. Por tanto, en caso de plagio o difusión sin mi permiso, ejerceré mis derechos de autor si así lo estimo oportuno.
Realizo mis fotografías con mi móvil iPhone, las edito en el editor de fotos de Mac y con la versión gratuita de la aplicación PicsArt.
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Hi, dear hiver.
With the end of the Christmas holidays came the recovery from the flu I had during the holidays. Instead of thinking that it ruined it for me, I choose to be thankful that my husband had a holiday and that we were able to take care of each other. The irregular course of the process favoured this aspect and so we have healed well.
I have gradually resumed my usual activity, albeit with reservations. My priority is to take care of myself and to avoid overloading myself. I have pushed the machine too many times, putting other people's wishes and needs first. Now it is my turn to be the protagonist of my life.
Yesterday I was with a friend and she told me about a bad experience she went through recently. She told me that she remembered me a lot because the same thing happened to her that has happened to me so many times: she gave herself and her efforts for someone who didn't deserve it. It was a work issue, just like my experiences. And she felt guilty and foolish for not realising that she was being taken advantage of and that her favours and dedication would not be returned.
I surprised myself by giving her my answer, I assure you that a few years ago the rage would have gone through my guts for knowing that injustice towards my friend. I would have been angry and ranting about what a bad person I thought her now ex-boss was.
Instead, I reacted calmly and composedly. I provided as much reassurance as I could to reassure her that she (my friend) had done nothing wrong, that she is wonderful the way she is because of the way she is and that the other person just didn't appreciate it.
Sometimes we think that others will do what we would do in that situation, but they don't. But that doesn't mean that they have bad intentions. But that doesn't mean that they have bad intentions or that they consciously want to harm us. It may simply be because of differences in character or experiences, that's all.
In cases like these we must protect ourselves so that they do not hurt us so much. We must be able to turn the page and not get caught in a loop of remorse or guilt. Self-confidence is the basis for a good life and disagreements with other people are today's obstacles that teach us for tomorrow.
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