¿Privacidad para proteger o esconder?


Este fin de semana se llevó a cabo en Madrid una nueva edición del "Watch Out Bitcoin!", un evento del que podría contar muchas cosas, pero hubo una en particular que llamó especialmente mi atención, al punto de dar lugar a esta publicación. Y es que en el evento insistentemente se recordó no tomar fotografías a los asistentes sin su debida autorización o consentimiento, ello en pro de respetar el derecho a la privacidad de todos, una decisión que va en absoluta consonancia con la filosofía libertaria de Bitcoin.


Eso me hizo pensar en que, por mucho que se hable en estos días de la importancia de la privacidad y la seguridad de la información, aún no estamos realmente preparados. Basta con abordar puntualmente el tema de la privacidad en términos de no revelar nombres reales, rostros o ubicaciones, para que salte un grupo de escépticos que, llevados por sus emociones e ignorancia, desmeriten o minimicen la relevancia de la privacidad, criticando incluso a quienes defienden fervientemente su anonimato. Seguramente habrán escuchado comentarios peyorativos como "yo no tengo nada que ocultar" o "no tengo nada que perder".

En mi opinión, el primer comentario es un tanto puritano, pues todos, en algún momento o circunstancias, elegimos o sentimos la necesidad de mantener en privado ciertos aspectos de nuestra vida privada. Y es válido, de hecho, si lo llevamos a un contexto más académico podemos ver que esto se relaciona directamente con el principio de confidencialidad de la información, el cual establece, palabras más palabras menos, que no todo debe ser revelado, expuesto, contado, publicado o compartido a todos por igual ni de la misma manera. En cuanto al segundo comentario de "no tener nada que perder", también, en mi opinión, refleja la perspectiva limitada y retrógrada de quien lo dice, ya que se basa estrictamente en su situación personal actual, sin considerar que "tener o no tener" es algo circunstancial en la vida.

! [ENGLISH VERSION]
This weekend, a new edition of "Watch Out Bitcoin!" took place in Madrid, an event about which I could tell many things, but there was one thing in particular that caught my attention, to the point of giving rise to this post. It was repeatedly emphasized at the event not to take photographs of attendees without their proper authorization or consent, in order to respect everyone's right to privacy, a decision that is in absolute harmony with the libertarian philosophy of Bitcoin.

This made me think that, despite all the talk these days about the importance of privacy and information security, we are still not truly prepared. Just addressing the issue of privacy in terms of not revealing real names, faces, or locations is enough to trigger a group of skeptics who, driven by their emotions and ignorance, downplay or minimize the importance of privacy, even criticizing those who fervently defend their anonymity. You've probably heard pejorative comments like "I have nothing to hide" or "I have nothing to lose."

In my opinion, the first comment is somewhat puritanical because everyone, at some point or in certain circumstances, chooses or feels the need to keep certain aspects of their private life private. And it's valid; in fact, if we take it to a more academic context, we can see that this is directly related to the principle of information confidentiality, which states, more or less, that not everything should be revealed, exposed, told, published, or shared with everyone equally or in the same way. As for the second comment about "having nothing to lose," it also, in my opinion, reflects the limited and backward perspective of the person saying it, as it strictly relies on their current personal situation without considering that "having or not having" is circumstantial in life.

En cualquier caso, la privacidad, especialmente en los entornos digitales, y aún más en el ámbito de la gestión de activos digitales, debe ser considerada con mayor seriedad y respeto. Los fallos o vulnerabilidades en la privacidad suelen desencadenar importantes riesgos de seguridad.

Ahora bien, siendo la privacidad un derecho, entonces cada individuo tiene, valga la redundancia, el derecho de decidir en qué medida está dispuesto a exponer sus datos, incluyendo el hecho de revelar su identidad. Por tanto, debe ser una decisión consentida e informada, y no una imposición. De allí se deriva el eterno debate, a favor y en contra de la verificación de la identidad y de los controvertidos KYC, que suelen solicitar información y datos personales sensibles, los cuales podrían terminar en manos de terceros, para bien o para mal.


Y lo anterior es controvertido porque así como hay razones para estar en contra, también los hay para estar a favor. En este punto vale reconocer que este tema se vuelve especialmente sensible y complejo cuando se relaciona con temas como: la seguridad del Estado o con investigaciones vinculadas con actividades delictivas o criminales. Y en esto último se amparan las instituciones gubernamentales y la entidades financieras para justificar la verificación de identidad como un mecanismo necesario en la lucha contra el blanqueo de capitales, el financiamiento al terrorismo, el narcotráfico, etc.

No obstante, más allá del hecho de que al ceder nuestros datos por imposición y no por decisión se coarten las libertades individuales y que al final esto sirva como elemento de control político, social, etc., el riesgo realmente está en que si esa información termina en las manos de cibercriminales, muy común en estos días, se pondría en riesgo la seguridad y la integridad de los afectados.

Sin pretender marca una postura del por qué si o por qué no, lo cierto es que, la exposición abierta de los datos puede ocasionar serias consecuencias: acoso, extorsión, daño a la reputación, suplantación de identidad, fraude, incluso pueden derivar en riesgos que trascienden de lo digital a lo físico, lo cual es mucho más delicado. Por tanto, es imperativo crear conciencia acerca de la importancia de proteger nuestra privacidad con celo, y en esa misma medida, respetar el derecho de cada individuo a gestionar su privacidad conforme a sus propios principios, creencias y argumentos.

! [ENGLISH VERSION]
In any case, privacy, especially in digital environments and even more so in the realm of digital asset management, should be taken more seriously and respected. Privacy failures or vulnerabilities often lead to significant security risks.

Now, since privacy is a right, every individual has the redundant as it may sound, right to decide to what extent they are willing to expose their data, including the decision to reveal their identity. Therefore, it should be a consensual and informed decision, not an imposition. Hence arises the eternal debate, for and against identity verification and the controversial KYC, which often requests sensitive personal information that could end up in the hands of third parties, for better or worse.

And this is controversial because, just as there are reasons to be against it, there are also reasons to be in favor. At this point, it's worth recognizing that this issue becomes particularly sensitive and complex when it relates to issues such as state security or investigations linked to criminal activities. In the latter, government institutions and financial entities use identity verification as a necessary mechanism in the fight against money laundering, terrorism financing, drug trafficking, etc.

However, beyond the fact that surrendering our data by imposition and not by choice curtails individual freedoms and ultimately serves as an element of political and social control, the real risk is that if that information falls into the hands of cybercriminals, which is quite common these days, the security and integrity of those affected would be at risk.

Without taking a stance on the "why or why not," the fact remains that openly exposing data can have serious consequences: harassment, extortion, damage to reputation, identity theft, fraud, and it can even lead to risks that transcend from the digital to the physical, which is much more delicate. Therefore, it is imperative to raise awareness about the importance of protecting our privacy zealously, and to the same extent, respect each individual's right to manage their privacy according to their own principles, beliefs, and arguments.

Translation: DeepL Translate / ChatGPT.
Diseño y edición por @gorayii en la aplicación Canva, con imágenes de Pixabay [1] / [2] / [3] libres de derechos de autor.
Thumbnail by @gorayii in the Canva app, with royalty-free Pixabay images.


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