Yo vengo del periodismo de la vieja escuela, de esa donde existía el papel, las grandes rotativas, los periodistas corriendo por todos lados, los camarógrafos con sus grandes cámaras y los pregoneros en las calles vendiendo los periódicos. Sin embargo, esa tradición se ha diluido en el tiempo en nuestra Venezuela, por razones que ya ni vienen al caso mencionar.
En mi paso por Bogotá, nos tocó hacer compras para cocinar en casa y pues comer más sanito eventualmente. En el súper mercado me topé con una gran colección de revistas y periódicos que me fue imposible no ignorar. Y fue como entrar a una máquina del tiempo. Volver al papel, ese que ya en nuestro país vemos muy poco en los periódicos nacionales.
Y como es de imaginarse pues compré un periódico y me senté a disfrutar no solo de la lectura, me senté a disfrutar de esos recuerdos que aparecían mientras iba pasando las páginas de El Tiempo, recordaba mis días en los pasillos de uno de los medios de comunicación más importantes del oriente del país en mi tierra.
A veces añorar duele, a uno se le pone el corazón como chiquitico, pero, pero, pero, los recuerdos son vitamina, piénsalo bien, si son malos, pues te hacen mantener firme lo mucho que te has fortalecido a lo largo del tiempo, estoy segura de que hoy eres más fuerte y mejor que ayer porque las malas experiencias nos hacen ser mejores.
Por otra parte, los buenos recuerdos nos hacen dibujar una sonrisa, respirar hondo y sentirnos afortunados de todas las experiencias que tenemos para nutrir la vida.
A decir verdad recuerdo con mucha nostalgia esos días en el periódico, pero confieso que esos días como periodista en La Prensa de Monagas, fueron los mejores días de mi vida. Si pudiera devolver el tiempo solo por una vez, sin duda volvería a esa gran alegría de ejercer mi carrera como periodista.
¿Y tú estás de acuerdo en ese viejo dicho que dice: “recordar es vivir”?
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I come from the old school of journalism, the one where there was the paper, the big presses, the journalists running all over the place, the cameramen with their big cameras and the touts in the streets selling newspapers. However, that tradition has been diluted over time in our Venezuela, for reasons that are no longer relevant to mention.
During my stay in Bogota, we had to do some shopping to cook at home and eat healthier eventually. In the super market I came across a large collection of magazines and newspapers that was impossible for me not to ignore. And it was like stepping into a time machine. Back to paper, the kind that we see so little of in our country in national newspapers.
And as you can imagine, I bought a newspaper and sat down to enjoy not only reading, I sat down to enjoy those memories that appeared while I was turning the pages of El Tiempo, I remembered my days in the corridors of one of the most important media in the east of the country in my homeland.
Sometimes longing hurts, it makes your heart go pitter-patter, but, but, but, but, but, memories are vitamin, think about it, if they are bad, they make you keep firm how much you have strengthened over time, I am sure that today you are stronger and better than yesterday because bad experiences make us better.
On the other hand, good memories make us draw a smile, take a deep breath and feel fortunate for all the experiences we have to nurture life.
To tell the truth I remember with a lot of nostalgia those days at the newspaper, but I confess that those days as a journalist at La Prensa de Monagas were the best days of my life. If I could turn back time just once, I would certainly go back to that great joy of exercising my career as a journalist.
And do you agree with that old saying: “to remember is to live”?
Las fotos y contenido aquí compartido con ustedes son de mi autoría. Las fotos fueron tomadas con mi teléfono Redmi Xiaomi 9. Y la traducción al inglés fue realizada con DeepL
The photos and content here shared with you are my authorship. The photos were taken with my Redmi Xiaomi 9 phone. And the English translation was done with DeepL.