Una editorial cubana (por dentro)

Bienvenidos a mi reino, un espacio de un metro cuadrado donde intento sobrevivir a la vez que cambio la estética del sistema editorial cubano (es decir, aquí intento hacer un par de cosas imposibles). Pero bueno, antes de que imaginen otra cosa, si trabajo en una editorial, específicamente una de corte científico (por razones y razones no diré cuál, pero si la identifican ya saben). Aunque mi pasión real es la literatura, bueno, acabé aquí siendo este un trabajo que me daba libertades para hacer el resto de cosas de mi vida (tiempo para leer y escribir básicamente) y me acercaba al mundo editorial básicamente.

La claustrofobia nunca ha sido un problema para mí, así que al ver el espacito a donde estaba relegado no me amilanó. El trabajo, parecía sencillo escuchar la idea que tenía el autor, ponerla en sintonía con el contenido del libro y darle vida a portadas "sencillas", pero nada más lejos de la realidad. Mi reino tenía que hacer varios acuerdos diplomáticos con las ideas y capricho de los autores, todo mediado por sus "apretadas" agendas, cosa que compraría un trabajo de 15 min en una procrastinación de varias semanas.

Fuera de eso todo es tranquilo, mis compañeras parlotean todo el día rítmicamente en mesa redonda sobre algún asunto que constituía la orden del día. Cada uno abandonaba su puesto en la corte real para tomar alguna máquina vacía que dejaba una compañera que automáticamente tomaba su puesto.

Pero sí, aunque nos rodeaban las máquinas, solo funcionaban unas pocas y a medio ritmo. El trabajo se hace con esa calma, la espera de que alguno estuviera libre, para avanzar otro poco y dejar el espacio libre para que alguien más avance otro poco. Por suerte, mi reino era bastante independiente y podía funcionar aún sin que yo estuviera sentado en el "trono".

Por suerte la emperadora, a quien nosotros cariñosamente llamábamos jefa tenía una actitud afable qué contagia y bueno por lo menos eso hace que la tensión en aquel espacio de un metro cuadrado donde intento sobrevivir y cambiar la estética del sistema editorial cubano no termine haciéndome explotar, bueno eso y el único ventilador qué hay en la oficina con el que 13 personas intentarán pasar los meses de verano en una editorial cubana.

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