Un bosque dentro de la Ciudad

Hay un lugar no muy lejos del centro de la ciudad que tiene una magia única. Dicen que fue parte de un gran hospital, pero ahora ha trascendido su condición anterior para convertirse en un verdadero bosque interior, para muchos tal vez encantados.

Me es difícil explicar la paz que me transmite este lugar, con sus bosquecitos, fuentes y grandes espacios abiertos, dos donde sentirse en contacto con la naturaleza en una ciudad tan caótica como esta. Ubicado en uno de sus extremos en la avenida de los libertadores y por el otro con una honda visión de la alameda, el parque Abel es uno de los lugares más altos de la ciudad (Santiago de Cuba). Coronado con la copa de sus árboles, todo el panorama.

A simplemente vista (ya esté encendida o apagada), lo primero que destaca es su fuente, en homenaje a uno de esos tantos personajes históricos célebres que lo nombran casi todo por aquí. Ya sea como elemento decorativo, simbólico o como piscina donde los niños más intrépidos se lanzan a bañarse, la fuente del parque se ha vuelto con el correr de los años en uno de los elementos más representativos de la ciudad.

En su interior la biblioteca y constituye el espacio donde más de uno ha pasado sus días intentando no reprobar la materia de turno sobre los bancos que los chicos revoltosos que juegan cartas de alguna forma reclaman haber construido para sí mismos. También es un sitio muy famoso para los amantes que ven en el parque un sitio discreto alejado de miradas impertinentes donde darle riendas sueltas a sus amoríos, razón por la que también ha sido bautizado popularmente como el parque del tarro.

Sus tardes normalmente son invadidas por actividades de todo tipo: grupos de baile, ensayando, cursos de modelaje, instrumentistas buscando espacios abiertos, escuelas de artes marciales o cualquier otra actividad variopinta que requiera algún espacio abierto encuentra refugio dentro de este parque. Ya sea bajo sus enormes ceibas, frente a sus bambús siempre en movimiento o sus pequeñas praderas de hierba recién cortada. El parque Abel se erige como ese pulmón verde tanto frente al humo de una ciudad siempre en movimiento, como para el espíritu.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center