Preparación para un concurso literario (Alcanzar un sueño)

Tal vez para alguien de otro lado del mundo, pero donde yo vivo prácticamente la única forma de cumplir mi sueño es ganar un concurso. Y no, esto no se trata de los Juegos del Hambre ni nada por el estilo, pero publicar un libro en Cuba depende casi única y exclusivamente de ganar algún concurso literario.

Eso sí, si tienes menos de 35 años, esos no faltan. Hay concurso casi todo el año en casi cualquier género literario, pero por las complejidades y el tiempo que lleva el arte de escribir a lo mucho, se puede aspirar de manera seria a dos o tres concursos al año. Mis apuestas fuertes para esta etapa serían. Beca Casa Seoane en Poesía y el premio Aldabón en narrativa.

Mi rutina de trabajo es sencilla, pero constante todos los días trabajar la primera hora luego de despertarme sin interrupción externa (es decir sin encender los datos) e intentar otra hora con estos estímulos presentes(WhatsApps, trabajo, notificaciones de redes sociales, problemas, etc.) cosa que vuelve la segunda hora de trabajo insostenible, casi siempre. Pero bueno, nada que un buen libro como inspiración y la libreta de anotaciones no puedan arreglar.

Para la narrativa prefiero escribir en PC, por eso trato de estirar los más que puedo los encargos para usar más tiempo la máquina que me prestan en el trabajo (casi siempre un poco menos de una semana al mes), momentos en los que debo ser muy productivo. Aunque ojo, no me molesta escribir en el móvil (hice toda mi tesis de licenciatura así), solo que está claro que la vista tiende a sufrir un poco.

En la tarde llega la hora de buscar retroalimentación y pido ayuda a algún amigo que lea mucho, amiga con experiencia en el área, editores, o simplemente alguien dispuesto a leer lo que escribo. En ocasiones, como hoy, se encontraba a alguien que cumpliera todos esos requisitos a la vez y bueno, uno debe aprovechar esos buenos momentos con amigos conocedores.

Las noches suelen ser los espacios para despejar y tomar influencias de muchos otros sitios. Razón por la que quizás los momentos antes de dormir son cuando más ideas asaltan a la mente y cuantas más notas deben tomarse, porque si no están condenadas a perderse para siempre en un mar de ensoñaciones. Así se cierra el círculo para el día siguiente, empezar otra vez, e intentar alcanzar un sueño.

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