Ayer en la noche realicé un hallazgo. Aunque soy bien escéptico, en términos artísticos con tales temas, no me quedó más que reconocer el crecimiento profesional, de refinamiento, el histrionismo de los ¿performance? del transformismo que se presentaron en el espectáculo Juntos por la Vida.
Como ya he referido en varias ocasiones, Juntos por la Vida, más que un show, hay que entenderlo tal y como lo que es: un programa cultural que tiene varias escaladas, niveles de intervención social (de ahí su importancia).
Cuando me refiero a esto, lo hago pensado en que una de las primeras de estas estaciones s noon las acciones educativas que se realizan para preludiar lo por venir: entrega de plegables, charlas educativas, pruebas de serología.
Luego, está la parte recreativa, que si bien debo reconocer que desde hace algún tiempo estaba en una suerte de estancamiento, de crisis- debido a la copia mutua, a la falta de creatividad que arrojara nuevos gestos, rictus y poses que salieran de la convención escénica del transformismo- ahora, esa suerte ha cambiado.
En la noche de este pasado viernes, pude comprobar algo que hace varios encuentros vengo tasando. Un artista joven que se reconoce como Universo Picasso, ha revolucionado en cierta forma el modo convencional, tradicional con que los transformistas han interpretado temas en Juntos por la Vida.
Si bien muchos de aquellos, no todos aclaro, basan su impronta creativa en gestos viciados y previsibles, dado que los usan como un traje para cualquier ocasión, Universo Picasso, marca una pauta diferente.
En él se comprueba, compruebo por primera vez, sentido de conciencia del oficio y además calidad en la entrega de este. La artista, categoría que me niego a entregar a otros compañeritos suyos de escena, se muestra sobre la escena orgánica, virtuosa y creativa.
Puede moverse desde un estilo lírico hasta uno dramático sin afectación, sin perder el dominio del justo y la emoción precisa. Una de las primeras cosas que hace a su favor es seleccionar un repertorio diferente al convencional que se presenta en el Faraón (espacios donde se presenta Juntos por la vida).
Otros performance, erigen en su mayoría su devenir escénico sobre las canciones de la copla española, siempre temperamental y cargada de sentimientos profundos.
Universo prefiere temas más complejos, que imponen retos a su creatividad. Canciones tan poco recurridas en este arte- algo de verdad asombra- como las de Calle13, las encarga con hondura. No repite el gesto del artista que creó el tema musical, no copia lo tradicional a la hora de comportarse.
escénicamente.
Ella se luce en escena. Crea sobre el tema musical, su propia historia, describe sus propias pasiones, no teme despojarse de aquello en lo que todos se escudan y buscan, los accesorios, el maquillaje y el peinado para lucir bien. Estos en su caso son el camino para llegar a lo que quiere expresar.
No es el fin de su trabajo. No responden evidentemente a un acto de mera y vacía vanidad. Son parte de su ser escénico, el que muestra y se transforma fascinantemente cada vez que entra a escena.
Ayer nos sorprendió esta artista, que no parece su fin sea sólo buscar la fama para sí misma. ¡Que dichoso dentro de este universo!
Porque el show que apreciamos, no estaba protagonizado por esta suerte de diva, sino por otras dos más: Milagro de Alba y Vanesa mi Brown. Cada una de modo individual o en colectivo, destacó por la calidad en la interpretación.
Había en escena había vida. Las artistas desarrollaron una suerte de puesta en escena donde el espacio vacío y descubrir los vericuetos de sus personajes, las interacciones de sus biografías, donde nadie quería brillar más que otro, fue algo muy interesante.
Sin embargo. La joya de la noche, sin mucho esfuerzo fue Universo. No dejo de recordar su camaleónica figura despojándose, mientras cale 13 se dejaba escuchar, de sus vestuarios que la mostraban como un ser hermoso desde la construcción de la imagen femenina, hasta su ser, imag loen biológica como hombre.
Ahí al arte. No sólo en el hecho de asumir correctamente la interpretación de una canción, sino en producir una puesta en escena que apuesta por la significación.
Que la artista se vaya despojando de su vestuario hasta quedar en su imagen biológica, como antes referimos, apunta, más allá de lo que dice la canción, he ahí la creatividad, que somos y andamos con un sinnúmero de cosas, de herencias que componen nuestro ser. Que en el instante último somos nosotros, la piel y la imagen que habitamos, lo que nos salvamos y de eso hay que estar orgullosos.
Universo Picasso y sus invitadas, sobre todo esta primera, no los demuestran que el transformismo no es, ni debe ser un acto de lucimiento personal, como tal vez ha sido entendido por muchos y muchas (en ocasiones no me excluyo). Es, según su proyección profesional, nos convoca que así sea, una forma de entrega, un modo de escribir una biografía, un estado de la sinceridad, una forma de entregarse al público mientras se desprenden pedazos de vida y emoción en escena.
Las fotos son de la galería personal