Tomar una decisión que conlleva a tantos esfuerzos, tantos sacrificios, tantas esperanzas... Y un día como hoy te levantas con los ánimos por el suelo, sin ganas de tener ganas, sin querer siquiera moverte.
Hoy es un día dónde no sirvió de nada ser fuerte ante tantas cosas, porque igual colapse, cai, sin ánimos de levantarme y seguir adelante.
Caminando las calles sin saber que hacer, tomando rutas sin pensar a dónde van, solo por el simple hecho de mirar por la ventana personas desconocidas que se desplazan por las aceras y se desvanecen con la velocidad de la ruta.
Un día dónde te preguntas que pasara contigo, que es lo que te esperas, un día dónde te preguntas ¿Tanto esfuerzo para el final sentirme solo, vacío, con mucho, pero a la vez sin nada?
Pues a veces sacrificamos cosas por querer tener un ritmo de vida diferente, una vida tranquila, tener no todo quizás, pero si la mayoría de las cosas que te propones, pero por ello debes pagar el precio de la ausencia familiar, de los amigos.
Hoy es un día dónde el clima frío, las gotas de lluvia y tú estado de ánimos no funcionan de forma positiva, dónde no sabes si reír o llorar, si correr o caminar, si dormir y olvidar o salir y pensar.
Hoy es un día dónde la depresión te consume a tal punto que todo se torna confuso y no sabes que hacer, dónde sin motivo alguno tus ojos de llenan de lágrimas por causa de un mal, del que quieres hablar pero no sabes cómo explicarlo.
Hoy es un día de esos...
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