No se puede separar la relación entre el fútbol y las pasiones. Sería ver una partida de ajedrez entre, por ejemplo el Barcelona contra el Real Madrid. Y en una partida imaginaria entre esos equipos estoy seguro que nadie gritaría de júbilo si Messi hace un jaque o Marcelo logra un brillante contraataque con un enroque largo. Bueno porque en el ajedrez no se puede gritar, manifestar algún tipo de sentimiento es contra las costumbres de personas con mentalidades superiores -dicen ellos- . Algo así como en el tenis, donde lo superior se demuestra por la plata que tienen los que lo practican. Entonces un partido de fútbol como de ajedrez se tratara, sería aburrido aun cuando fanático del juego ciencia le faltaría la algarabía de las pasiones frenadas en la garganta. Lo que sí estoy seguro que el árbitro estaría a favor del Madrid.