La Copa de Europa (actual Champions League) fue un torneo ideado por el diario deportivo francés L'Equipe y avalado por la UEFA, casi casi como un experimento para enfrentar a los mejores clubs del continente.
París, 13 de junio de 1956, fue en ese lugar y en esa fecha cuando el Real Madrid empezó a forjar su leyenda europea.
El equipo cuya gran estrella era Alfredo Di Stéfano venía de disputar un torneo lleno de buen fútbol y grandes hazañas y su rival no era menos, el Stade Reims con Raimond Kopa a la cabeza había cuajado un gran campeonato.
La capital francesa estaba engalanada deportivamente para la ocasión. La afición gala estaba convecida de que el primer gran título europeo se quedaría en casa y no les faltaban razones, ya que los equipos poseían una calidad similar.
El estadio del Parque de los Príncipes estaba lleno a rebosar, y esperaba un gran partido de fútbol.
Las alineaciones eran las siguientes:
Real Madrid: J. Alonso, Atienza, Marquitos, Lesmes, Muñoz, Zárraga, Joseíto, Marsal, Di Stéfano, Rial, Gento.
Stade Reims: Jacquet, Zimny, Jonquet, Giraudo, Leblond, Siatka, Hidalgo, Glovacki, Kopa, Bliard, Templin.
El comienzo del partido fue frenético y a los diez minutos los franceses ya iban ganando 0 - 2 con goles de Leblond y Templin.
En el minuto 14' Di Stéfano recortó distancias pero el Madrid ni mucho menos se vio libre de practicar su juego vistoso, ya que el Reims le sometió a una presión asfixiante buscando su tercer gol. Pero he aquí que el conjunto blanco cuando menos se esperaba marcó el segundo gracias a Rial en el 35' y de ahí al descanso.
En la segunda parte los franceses salieron con nuevos brios y marcaron el tercero por medio de Hidalgo en el 62'.
En ese momento los franceses pensaron que ya habían ganado el partido, la afición estaba exultante, quizá esa fue su perdición ya que se relajaron y el Madrid por su parte pudo tirar de épica.
Con el público francés cantando el alirón, Marquitos hizo el empate a tres en el 67' y con los franceses ya totalmente desorientados Rial hizo el 4 - 3 final en el minuto 79', e hizo enmudecer a la grada gala.
Miguel Muñoz como capitán levantaría la primera de las doce Copas de Europa en una noche parisina llena de emoción y júbilo.
A su llegada a Madrid no pudo haber fiesta ya que el club debía desplazarse a Bilbao para su encuentro de Copa, pese a ello tres mil aficionados blancos estuvieron en el aeropuerto para recibir al primer campeón de Europa.
