La pequeña polilla ya devoró todo lo que solía ser su antigua cama, ahora abandona la vieja camisa de algodón que ahora posee un pequeño hueco, el cual confirma el voraz apetito del amiguito volador, pero ahora ¿qué va a hacer? Pues, aunque es de noche ve algo parecido al sol, así que decide volar hacia allá, debe ser una buena idea ya que muchos otros insectos se dirigen en la misma dirección, al llegar observa que el sol parece estar encapsulado en una especie de burbuja, y piensa: “mmm… debo romperla para poder entrar” así que al igual que sus compañeros comienza a chocar contra la burbuja caliente con el deseo de en algún momento hacerla trizas.