Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 5: Título del cuento "En este farol"

Era una tarde cálida para celebrar el aniversario de mis abuelos, 50 años de unión es un privilegio de pocos. Oscureció rápido y los faroles de las calles no tardaron en iluminar nuestro camino y regalarnos una hermosa estela de luces amarillas. Todo transcurría normal, hasta que de pronto algo nos sobresaltó, era mi abuela.

Íbamos cruzando la iglesia cuando repentinamente empezó a pedir que detuviéramos el auto, gritando incesantemente “el farol, el farol”. No sabíamos que hacer, nos invadió la angustia al ver su exaltada reacción pensando que su corazón no lo resistiría. Mi abuelo la observó sorprendido y con un nudo en la garganta nos dijo casi sin poder hablar: “Háganle caso, detengan el auto”.

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Nos bajamos, ninguno de nosotros entendía, pero sentimos un alivio al percatarnos de que eso era justo lo que ella quería, contemplar el viejo farol de la esquina. La sentamos en la acerca, mi abuelo se sentó a su lado, él la entendía completamente, la conocía incluso más de lo que él se conocía a si mismo.

Trascurrieron cinco minutos (o más), estábamos tan conmovidos que el tiempo se detuvo todo ese instante. Mi abuela que hace meses no recordaba ya ni su nombre producto de una terrible enfermedad, suspiró profundamente y empezó a contarnos una historia. Mi abuelo apenas contenía el llanto.

"Este hermoso farol es un recuerdo muy bonito de la primera vez que vine a esta ciudad, era muy joven pero aventurera. En este farol me enamoré por primera vez, el hombre que me acompañaba se convirtió ese día en el amor de mi vida. A veces no recuerdo su nombre, ni como llegó hasta mi, solo recuerdo el reflejo de este farol en sus ojos brillantes y hermosos. Jamas olvidaría algo así”.

De pronto miró a mi abuelo y le dijo “Viejito, han pasado mucho años”. Mi abuelo luchaba por contener el llanto. ¿Ves ese farol?, preguntó ella con voz baja volteando hacia la luz. Él le respondió entre lágrimas “Si, aquí empezó todo”. Nosotros mirábamos atónitos.

Pasaron apenas unos segundos contemplando el farol, cuando ella lo volvió a mirar, esta vez un poco distante y dijo: “¿Señor por qué llora? esta es una hermosa noche”. Mi abuelo secó sus lágrimas y sonriendo le contestó, "por nada querida debemos irnos".

Era obvio que ya lo había olvidado...

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Eso es todo por hoy...

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