Las parejas que se someten a un tratamiento de reproducción asistida (TRA) se enfrentan a una fuerte carga emocional, esperanza, pero también frustración y desánimo. Sin embargo, es fundamental controlar estos aspectos psicológicos puesto que pueden repercutir negativamente en que entre el 15% y el 45% de las parejas abandone el tratamiento, sin saber si el próximo intento traería el deseado positivo.
Desde mi experiencia les tengo 6 consejos o tips para que este camino de altos y bajos sea más llevadero.
Reconocer la situación: Asumir que existe una dificultad para concebir un hijo es el primer paso para poder enfrentarse a ello. No debemos asustarnos ante emociones normales que surgen ante estas situaciones extraordinarias, como sentirse triste, frustrado o abrumado; aceptar que existe es problema es comenzar a buscar respuestas en los especialistas en fertilidad, consultar las opciones y elegir la que mejor se adapte a nuestro deseo.
Mantener el estrés a raya: Aunque no exista un estudio que afirme que el estrés influye en la fertilidad, siempre será bueno mantener al minimo la ansiedad. Buscar actividades que nos encanten como ir al gym, viajar, nadar, cocinar, nos ayudará a relajarnos y tener pensamientos más ligeros durante estos procedimientos. Continua con tu vida y mantén la mente ocupada en otra cosa.
Actitud positiva, pero realista: Se trata de enfocar el problema hacia la búsqueda de soluciones posibles de acuerdo a tu caso medico particular de infertilidad. Es importante centrarse en los aspectos positivos de la vida cotidiana sobre los que tenemos control porque aportará fuerzas para continuar con el objetivo y reducirá en gran medida la ansiedad. Debemos ajustar las expectativas a la situación real, sin que éstas excedan las posibilidades evidentes, ya que cualquier imprevisto o resultado negativo puede generar un gran sentimiento de decepción. El equilibrio entre expectativa y realidad es la clave, una referencia que siempre me ayudó a saber que esperar, fueron los estudios científicos de buenas fuentes que hablaban de porcentajes de éxito en tal o cual tratamiento. Mantuvo mis pies en la tierra.
Apoyarse en la pareja: Es vital enfrentarse a este proceso de la mano, ayudándose mutuamente, compartiendo la carga emocional y afrontando conjuntamente el tratamiento. Aunque se interprete la situación de manera diferente por cada miembro de la pareja, es importante respetar y validar las emociones del otro sin juzgarlas para fomentar la unión de la pareja. También es bien sabido que estos tratamientos son costosísimos y pegan duro al bolsillo de la pareja, esto genera también otros tipos de preocupaciones, conversen antes de comenzar el tratamiento hasta cuanto están dispuesto a llegar y a gastar.
Compartir con otras parejas que pasan por lo mismo: Relacionarse con otras parejas que estén en la misma situación ayuda a entender el escenario, en otras palabras, no sentirnos “un bicho raro” ya que se comparten experiencias similares y se percibe la infertilidad como un problema que afecta también a otras personas, muchas más de las que creemos pero el tabú que reviste la infertilidad no nos permite conocer otras experiencias iguales a la nuestra, incluso de personas muy cercanas a nosotros, hasta que nos sucede.
Un “As” bajo la manga: Un tercio de las parejas tratadas por problemas de fertilidad no logran tener un hijo biológico, por lo que debes tener en cuenta esta posibilidad. Pensar con anticipación un posible “Plan B” (Ovodonación, adopción, etc.) ayuda a sentir mayor control sobre la situación y seguir adelante ante cualquier intento fallido. No se trata de renunciar a nuestro deseo, sino de tener opciones ante cualquier situación. Analizar qué posibilidades hay para quedarte embarazada tras el diagnóstico, los recursos que se destinarán, decidir qué tratamientos se están dispuestos a intentar, hasta cuándo y, finalmente, marcar la meta.