Confundido con el reencuentro de familia

Mi familia llego a Hong Kong el 15 de marzo de 2020. Finalmente pude traerlos. Fue algo difícil llegar al momento en que podía tramitar las visas de dependientes.
Llegué a Hong Kong en julio de 2015. Desde antes del 2010 habíamos decidido que mi esposa y mis niños tendrían que mudarse a Filipinas, ya que era la mejor opción para que mi esposa regresara a la universidad.
Pudimos organizar la salida de México para ellos primero en el 2013. Mi plan era salir en el 2014 a Filipinas y luego buscar trabajo en Corea, Hong Kong o Singapur.
Debo mencionar que ya trabajé antes en Corea del Sur, por lo que me quedé convencido que para mi profesión de enseñanza de lenguas era mejor estar en Asia.
Para bien o para mal, en el 2014 me salió un contrato para enseñar francés en Arroyo High School en San Lorenzo California.
Cuando se acabó el año de trabajo en California decidí que no podía regresar a México, correría el riesgo de no volver a ver a mi familia con las condiciones de ingresos, y por la lejanía pensar en un viaje sólo de visita es como una tarea titánica desde la vida en México.
Así, finalmente me decidí por Hong Kong. En mi ilusión de poder visitarlos fácilmente pensé sería muy práctico.
Pero los años aquí han sido algo difíciles. El tiempo completo que esperaba encontrar no llegó. Y en el 2017 tuve un año de muy pocos ingresos. Así que por momentos pensaba en salir corriendo. Con muchos sacrificios finalmente mi esposa terminaba la universidad.
Pero de repente me ha ido desgastando la desilusión. A dos años de haber terminado ella no pudo encontrar algún trabajo. Su área no parece estar tan mal: Administración de Hoteles y Restaurantes.
Finalmente esperamos que aquí pueda trabajar. Aunque de momento toca esperar hasta que mi visa se pueda renovar en mayo. Mientras tanto no puede tener la identificación. Y sin identificación nadie la contrata...
Pero las mayores complicaciones han venido por otras discusiones. La principal y que más me duele es que ella quiere que nuestros hijos se vayan a estudiar a Filipinas. Y yo insisto que no tienen nada que hacer en Filipinas, ya que finalmente obtuve la visa de dependientes. A esto agreguemos que el desamor nos ha desgastado y hace casi imposible cualquier mínimo acuerdo.
A veces he pensado en el extremo, en el divorcio... pues tristemente siento que yo no significo nada más que la fuente del sustento; y eso desde mis hijos hasta mi mujer.
En fin, que sigo sin atinar cómo conciliar y mantener a mi familia, que tanto ánimo me dio en mi espíritu, porque de palabras casi que ni tampoco. Mi mujer me mantuvo sin ponerlos en comunicación conmigo, a pesar de que le decía a veces que los llevara a un internet para hablar. En fin, pasaron meses, años... quizás al final fue mi culpa por no forzar la comunicación constante.
Bueno, seguiré desahogando este pesar espero en otros escritos.
Es tarde y el cuerpo necesita descansar.

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