El tatuaje: comunicación atemporal. La Lechuza de Minerva, Revista de Humanidades. N. 5

El tatuaje: comunicación atemporal/ @ramhei.textual*

Una de las mayores necesidades que el hombre ha sentido desde su aparición misma es la de comunicarse, de expresar lo concebido desde lo individual y lograr establecer una relación con sus similares. Son muchas las formas que el hombre ha utilizado para alcanzar lo anterior, llegando a establecer comunicaciones en las que la distancia no afecta en lo más mínimo. Entre las formas primitivas de la comunicación se puede ubicar desde los pictogramas hasta lenguas ágrafas verdaderamente rudimentarias; uno de los métodos más antiguos y de mayor desarrollo en diversas culturas es el tatuaje.

Al igual que con otros medios de comunicación, ubicar una fecha exacta del inicio del empleo del tatuaje es un esfuerzo inútil; lo que sí se podría establecer son indicios y pruebas que demuestren la antigüedad del tatuaje en diversas culturas. No solo existe desde el nacimiento mismo de algunos grupos sociales, sino que también se desarrolló aisladamente en diferentes territorios. Siendo un factor conformante de pueblos antiguos, se ubica como patrimonio cultural, lo cual es perfectamente plausible si se encuentra en él un carácter tradicional y colectivo; con respecto al objetivo del tatuaje, que se pretende diferenciar según las culturas, no estaría alejado de la realidad que en todos los pueblos que lo emplearon se buscaba comunicar, desde sus distintas necesidades y costumbres, mensajes que en la conformación social de las comunidades tenían sentido y propósito.


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Guiados por la necesidad de comunicación, por la tradición y la cultura misma, los pueblos utilizaron el tatuaje con el fin de dar mensajes que dentro de sus sistemas comunicativos perfectamente transmitían información de importancia. Siendo así, es un medio de comunicación que no solo tuvo gran alcance en su nacimiento, sino que perduró en muchas comunidades y logró establecerse como patrimonio cultural. Su finalidad fue diversa, pero esta variedad de uso se debe establecer como amplitud comunicativa; es decir, dentro de la misma comunicación son muchos los mensajes que se buscaban transmitir con el tatuaje.

A medida que las culturas cambiaban y crecían, sus medios de comunicación evolucionaban, junto con ellos, el tatuaje. De tal forma se fue complejizando, y a la par del desarrollo tradicional y ceremonial de los pueblos, la práctica del tatuaje se iba diferenciando dependiendo de la región en la que se empleaba.


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En muchos de los pueblos en los que el tatuaje constituyó comunicación, actualmente dicha práctica se realiza con la misma finalidad. Se puede apreciar entonces a jóvenes hawaianos que, retomando tradiciones que se remontan al nacimiento mismo de su cultura, tatúan en sus pechos y brazos imágenes tribales que hablan de la historia de sus ancestros y sus creencias; como también se encuentran en la India mujeres que adornan el dorso de sus manos con tatuajes, lo cual constituye en sus ceremonias un factor indispensable. Para otras culturas, el tatuaje está desprovisto de un enlace ancestral; sin embargo, se adoptó como instrumento de comunicación.

Las culturas se han desarrollado y, de cierta forma, han adoptado o adquirido patrones culturales propios de sociedades verdaderamente distintas. Fue así como el tatuaje se difundió y es ahora una práctica frecuente y aceptada en casi todo el mundo; entendiendo esto, fácilmente se puede suponer que cumplen funciones similares que en las culturas que de forma rudimentaria los empleaban como forma de comunicación. Pero localizándose en un entorno actual y ajeno a creencias ancestrales que se valieran de esta práctica, no sería la producción y la interpretación de los tatuajes procesos realizados de la misma forma.

De manera general, teniendo en cuenta la mayoría de las culturas, el tatuaje sigue comunicando un mensaje que ahora se ve intervenido, ampliado y, a veces, afectado por culturas, tendencias, tradiciones, estructuras sociales y hasta creencias tanto colectivas como individuales. Dejó de ser visto el grabado en la piel como un hecho que se inició en las culturas primitivas, que fue adoptado como forma identificativa por los yakuza, que formó parte de comunidades carcelarias y o de marineros; es en estos momentos un hecho cultural que se practica con frecuencia en jóvenes y no tan jóvenes, quienes buscan un medio alterno con el cual comunicarse.


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Si se pretendiese comunicar un mensaje valiéndose de un tatuaje, se debe tener en cuenta que el referente de quien fuese a interpretarlo puede ser totalmente distinto a la intención comunicativa de su portador. De esta manera, se debería tomar en cuenta la intención del portador, el mensaje que realmente quiere transmitir a través de su tatuaje. Si se obviasen pautas como la anterior ¿se estaría transmitiendo el mensaje deseado?

Es el tatuaje la expresión de lo interno, la necesidad de comunicar lo que desde la interioridad desea manifestarse; se plantea aquí un punto clave: la subjetividad; tomando esta como las experiencias particulares, los aspectos propios del portador y su concepción del mundo. Sería imposible apartar la subjetividad de cualquier ejercicio de interpretación del tatuaje, pues este y su mensaje dependen estrictamente del portador, su pensamiento e intención.

Muy valioso se considera estudiar el tatuaje como un medio de comunicación que podría llegar a abrir espacios nuevos de expresión. Si bien los portadores no comunican con eficacia el mensaje que pretenden transmitir, de igual forma comunican mensajes que tal vez no se alejan de la intención primaria. La cultura en sí es expresión, ¿no podría ser el tatuaje más que expresión de una persona, expresión de toda una cultura?


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@ramhei.textual*(Heizon Salazar) Estudiante universitario en la UDO, Núcleo Sucre, Cumaná. Miembro del grupo literario "Página Rayada". Actualmente docente de bachillerato. Escritor del género narrativo y poeta.

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