Cada individuo tiene dentro de sí una caja de armonía y felicidad que se la proporciona algo que le gusta hacer, un tipo de actividad, un arte, un oficio, a cada uno le corresponde descubrir la llave que abre esa caja y tratar de que no se le pierda.
"La felicidad es el deseo de repetir" Milan Kundera, por eso comparto nuevamente este post, con algunos mínimos cambios, por invitación de @auridivys, quien siguió la propuesta original de @matuca
Una vez leí la historia de dos personas obligadas por las circunstancias a estar en la clandestinidad, ella era cantante, él pintor. Para ganarse la vida él dibujaba cisnes que luego mandaba a vender. Un día ella, en tono de queja, le hace ver que por lo menos él podía hacer su arte pero él le responde negativamente porque él tampoco estaba sacando nada de sí, todo lo que hacía era copiar y estaba igualmente insatisfecho.
Cuando ese sentimiento se presenta, echamos de menos el regocijo interior, el espacio íntimo, el lugar propio donde nos encontramos con nosotros mismos, anhelamos ese territorio personal reconfortante donde la vida cobra sentido.
Conocer nuestra propia pasión, lo que nos devuelve a la niñez, lo que nos saca de la cotidianidad, es el reto personal de cada uno. Mucha gente no puede entender como alguien es tan fanático al extremo de coleccionar y admirar más de cincuenta mil barajitas de béisbol; ni como otro se emociona cada vez que una planta de su jardín saca una nueva flor, o cuando consigue una especie nueva en su colección de orquídeas o bromelias; o la alegría del que encuentra una nueva moneda, estampilla, piedra, juguete, jarra, muñeca o lo que sea. Es tan amplio y diverso el mundo que permite que cada uno tenga su propia fascinación.
Jerzy kosinski en su obra Desde el Jardín, hace una crítica social al mostrarnos a Mr. Chance, un personaje ignorante, que no tiene ningún inconveniente para desempeñarse en sociedad, gracias a la formación recibida a través de la televisión. Los Medios de Comunicación han falseado la vida de tal manera que mucha gente no sabe cómo vivir si no tiene el visto bueno de los que dictaminan la moda.
Y esto es tan indiscutible que si un viernes en la noche alguien decide quedarse en casa y su justificación es porque quiere leer o hacer algo que le gusta se le etiquetará de raro o aburrido.
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Existe una gran diferencia entre quien conoce lo que le llena de plenitud de vida y quien sigue los pasos de las masas en la búsqueda de placeres efímeros sembrados por la publicidad y las ideologías. El primero tiene sembrada su esencia y sus limitaciones son externas. El segundo cree gozar la existencia porque sigue los pasos de la mayoría.
Una de las mejores maneras de sobrevivir en momentos de crisis es tener claridad mental acerca de esas cosas que nos constituyen como individuos conformados por una inteligencia múltiple. La válvula de escape no es afuera sino en nuestro propio interior.
Es ese ingenio para la creatividad quien va a dar las ideas para ejecutar ese arte que nos apasiona, quien va a proveernos de los materiales aún en precariedad, quien va a ayudarnos a hacer sustituciones acertadas.
Aprovechar los momentos, aun sin energía eléctrica, para fomentar entre los niños el gusto por la elaboración artesanal, la dramatización, el canto, baile, poesía, entre otros, porque es en la infancia donde mejor puede plantarse la semilla del amor propio y la autonomía, para que aprendan a resistirse ante presiones de otros o las de los Medios.
Y a ti ¿qué te llena?¿cuál es tu verdadera pasión?, nos encontramos en los comentarios.
La música es un derecho, leer es un derecho, reír es un derecho, no sigamos torcidos.