La mayoría de las veces se nos señala por expresar tristeza ya que el deber ser es estar contento por todo lo que tenemos y somos y se nos ve como faltos de agradecimiento ya que tenemos más que muchos y aún así estamos tristes. Yo creo que tienen razón, que debemos ser agradecidos y deberíamos contentarnos con lo que tenemos y lo que somos, pero... ¿qué hago si igual me siento triste? Muchos me dirán que si no lo puedo resolver, no me preocupe, pero ya ahí sí es verdad que no lo comparto del todo. Me dirán entonces: "No te preocupes, ocúpate". Pero... ¿y si he hecho mil cosas y aún no pasa nada? Entonces me dirás que como no hay que pueda hacer, que lo deje en manos de Dios y Él hará. Yo sé que es cierto, que Él hará algo. Pero no es que yo quiera apurar a Dios, no es que yo pretendo hacer más que Él ni mucho menos hacerlo mejor. Yo simplemente estoy diciendo que estoy triste... que estoy viviendo un momento difícil y no me lo quiero tragar, no quiero suprimirlo y aguantar porque sencillamente resistir también cansa. Sé que algo va a pasar, y en manos de Dios siempre será algo bueno, pero quiero ser libre de sentirme triste, de querer estar sola, de querer gritar y desahogarme aunque con eso no consiga solucionar el problema, porque como dijo una vez Danns Vega: "Nunca guardes tus lágrimas. Los sentimientos reprimidos oxidan la vida". Yo soy una persona feliz. Estoy feliz por tantas cosas buenas y bellas que tengo y no me alcanzará la vida para agradecer por ellas, pero no te deja de doler un golpe en la pierna porque tu brazo esté sano. Hay situaciones, circunstancias de la vida que nos hacen llorar, que nos duelen. Hay batallas que pelear cada día y unas más difíciles que otras. Simplemente hoy estoy triste... Hoy quiero llorar. Quiero que esta circunstancia pase. Que esta batalla termine. Estaré bien, pero hoy estoy triste.