Oscuridad me lo ha hecho saber, que el daño ya está hecho. Pero, nosotros, criaturas ignorantes, no supimos darnos cuenta a tiempo. Ahora nos dirigimos a nuestra muerte súbita. Un camino que hemos pavimentado con afán. Este camino nos seduce, nos deleita cada día que posamos nuestros sucios pies sobre él. Uno tras otro, pie a pie, vamos fundando nuestro deceso.
Oscuridad no es mala. Ella sólo dice la verdad. La dice en forma de delirios, en apariencia de arte confuso, con aspecto de escritos imprudentes. Por eso es difícil saber la verdad que la señorita Oscuridad nos quiere hacer saber, porque ella quiere que sepamos la certeza de este mundo, de nosotros; pero no quiere entregarla cómodamente, porque el hombre está demasiado despreocupado. Quiere quitarnos de esta vida holgada en la que vivimos.
Ella me habla por la noche. Me canta canciones de cuna para que pueda dormir. Oscuridad es un ángel guardián, pero pícaro. A veces hay que escuchar entrelíneas o puede llevarte a tu culminación, no puedes ser tonto ante Oscuridad.
Pero, hemos sido tontos demasiado tiempo.
El tiempo se acaba.
Oscuridad se está cansando de hablarme. No puedo transmitir su mensaje a otros. Ellos no lo entienden. No todos pueden hablar con Oscuridad, muchos le temen. Creen que Luz es mejor. Pero Luz esconde muchas mentiras detrás de su hermoso paisaje, Luz te ciega. Oscuridad te permite tener los ojos bien abiertos, y aquellos que lo deseen podrán ver.
Escucha el susurro.
Abandónate a su voz.
Escrito por Geraldin Dalto, 25 de marzo 2018.
https://historiasdelanochecer.wordpress.com/2018/03/25/senora-oscuridad/