Abrí mis ojos y la luz afecto mis sentidos, provocando una loca distorsión en mi mirada, ya no estaba seguro si veía o eran recuerdos de mi memoria que me acosaban.
Una imagen translucida quería besarme, y yo pasmado con un grito en la garganta, veía pasar todas las acciones de mi vida, habían muchas buenas y otras malas y como saldo resultante ya sabía, que era mi fin que hasta allí yo llegaba, y justo cuando mi corazón se detenía, una lengua roza mi cuello, y comprendí entonces con tontera, que era mi perro que quería darme un beso.