Hace un tiempo atrás, en una hermosa montaña, vivía una pareja muy humilde, pero llena de esperanza y alegría porque al fin habían logrado concebir a su bebe, después de largos intentado que esto sucediera.
Pasaba el tiempo y ellos disfrutaban imaginar las maravillosas cosas que harían junto a su hijo; sus mejores 9 meses.
Al llegar el niño, de nombre Arturo, la sensación más hermosa los invade, un niño hermoso y sano.
Al ir transcurriendo el tiempo mamá y papá trataban de complacer todas sus exigencias y MÁS, sin imaginar lo que esto conllevaría.
Arturo fue creciendo, y aunque compartía muy bien con otros niños y adultos, con sus padres llevaba una relación muy peculiar.
Les exigía hasta mas no poder, maltratándoles cuando estos no actuaban conforme a sus demandas y aunado a eso, molestándose siempre que no conseguía lograr sus objetivos.
Un día una mujer observa una discusión de Arturo con su madre, al este alejarse de ella, la mujer se le acerca y pregunta ¿Por qué eres tan cruel con tu madre? A lo que este responde, ella siempre debe darme todo, para eso es mi madre.
Reflexión: Hacer de todo por tus hijos no siempre es amor, a veces entregarles de todo es una forma de maltrato, ya que el niño no aprende a enfrentarse a la realidad y crecerá con el pensamiento de que todo debe ser como él quiere.
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