El Coeficiente Intelectual está siendo sometido a debate en la pedagogía actual, quedando en un segundo lugar y otorgando todo el protagonismo a la llamada Inteligencia Emocional. De este modo haremos un análisis de los principales factores que la conforman, para así comprender un poco mejor en qué consiste:
Autoconocimiento: es la capacidad de reconocer las propias emociones y de saber cómo se suele reaccionar en las distintas situaciones. Se trata de identificar las emociones y saber gestionarlas. Por ejemplo, una persona que frente a un proyecto que urge finalizar, grita, ordena, interrumpe sin importar lo que está haciendo el compañero… tendrá un CE bajo. Sin embargo, una persona que ante un problema en el desarrollo de un proyecto arquea las cejas, observa el infinito y convoca una reunión para proponer soluciones, es una persona con CE alto.
Autogestión: es la manera de actuar. Depende en gran medida del autoconocimiento. Se trata de utilizar el conocimiento de las emociones para gestionar el comportamiento de forma positiva. Va más allá de evitar conductas explosivas o problemáticas. Un ejemplo son personas demasiado sinceras y que irradian su estrés cuando emerge.
Conciencia social: es la capacidad de captar las emociones de los demás, sin que se tenga que sentir lo mismo. Para ello hay que saber escuchar y observar.
Gestión de las relaciones: engloba los tres factores anteriores. Es cómo comprendemos, y, por ende, tratamos a los demás. Se trata de saber dirigir las emociones, propias y ajenas, para mantener un vínculo perfecto.