"Ninguna especie sobrevive en medio de sus propios desechos".
¿Te imaginas viviendo en un basurero? ¡Por supuesto que no!... No podrías resistir los malos olores. Te enfermarías constantemente, vivirías en medio de alimañas, la vida seria insoportable, sin embargo, la actividad humana está convirtiendo al planeta... ¡En un gran basurero!
Cada día, tú y yo producimos una increíble cantidad de basura. Piensa en cualquier actividad que realizas y te darás cuenta de que, voluntaria o involuntariamente, estás produciendo algún tipo de desecho.
La ropa que llevas, el reloj que tienes en tu muñeca, el desayuno que tomaste a primera hora, la computadora que estas usando, el envoltorio de plástico que cubría la barra de chocolate que acabas de comer.. Todo, tarde o temprano, se convertirá en basura.
Cuando mama prepara los alimentos, produce desechos orgánicos como la cascara de las frutas, la concha de las verduras, entre otros. Cuando vas a un restaurante de comida rápida, produces una gran cantidad de basura en forma de servilletas, envases de cartón, cubiertos, vasos y bolsas plásticas..
A primera hora de la mañana, con el simple acto de ir al baño, millones de personas viven en las ciudades del mundo vierten toda clase de desechos orgánicos e inorgánicos a través de las tuberías de sus sistemas de saneamiento.
Miles de millones de industrias en los cinco continentes están produciendo, en este instante, desechos sólidos, líquidos o gaseosos que están contaminando los campos, los mares y la atmósfera del planeta.
Cualquier objeto, por útil que te parezca, se convertirá tarde o temprano en basura contaminante... ¡A menos que hagamos algo para evitarlo!
Hace 5 millones de años, no había vida en nuestro planeta... y tampoco había basura. Antes de que la civilización humana tomara forma, el planeta era capaz de reciclar, asimilar y eliminar de manera natural los desechos producidos por los seres que lo poblaban. Los excrementos de los animales y el follaje muerto de los arboles se transformaban en abono orgánico para la tierra. Otros desechos no se producían en grandes cantidades, por lo que no representaban ningún peligro para los ecosistemas.
Pero la actividad productiva y el estilo de vida de nuestro tiempo dan lugar a una acumulación de basura que el planeta no puede procesar de modo natural.
Imagina los altos rascacielos azules de parque central (caracas-venezuela). Mas o menos esa es la cantidad de basura que se produce en la ciudad de caracas, cada semana. Ahora imagina, cuantos desechos se producen a diario en nuestro país y en el mundo.
¿Que hacer, entonces? Bueno, lo primero seria evitar que la basura se convierta en basura. Si tomáramos los desechos orgánicos (como restos de comida y alimentos) y los separásemos de otro tipo de desechos (como metales, plásticos, vidrio o papel) la basura dejaría de ser basura y obtendríamos dos importantes productos: materiales orgánicos para abonar la tierra y materiales para usar en la industria.Entonces, la basura dejaría de ser un problema y se convertiría ¡en un tesoro!
La actividad de separar los desechos orgánicos de otro tipo de materiales se llama reciclar. Y reciclar debería ser una de las más importantes actividades de que debiéramos hacer a diario en nuestras vidas... ¡Si queremos salvar al mundo!