💚 Hoy quiero presentarles la primera parte de relatos cortos. Espero sean de su agrado y me comenten que les pareció y qué esperan que suceda en el siguiente capÃtulo. 💚
Si Yo Fuera Tú...
Después de tantos dÃas pensándolo, Andrea, decidió escribirle una carta a su único amor.
Ya habÃan pasado al menos unos 4 años desde la última vez que se dijeron adiós. Parece que el tiempo no pudo borrar esa última vez cuando tuvieron que despedirse en aquella estación del tren. Los silencios dentro de Andrea no podÃan contenerse por más tiempo, tantas preguntas en su mente la perseguÃan y era el tiempo de encontrar las respuestas.
Tiempo atrás en el invierno más frÃo de la ciudad de Nueva York , Andrea paseaba con su hermana menor Emily, miraban tiendas y disfrutaban del ambiente festivo de los últimos dÃas de Diciembre del 2000. Emily, le contaba ansiosa sobre su nuevo gran amor llamado Alan; no paraba de hablar y hablar, incluso hasta se hacÃa preguntas y ella las respondÃa. Andrea oÃa sin prestar mucha atención al relato, cada pregunta que hacÃa Emily, Andrea solo asentÃa con la cabeza y continuaban. Pensar en los regalos de última hora, era mejor que prestarle atención a su hermana, además,
no habÃa nada nuevo en la historia.
No era la primera vez que Emily hacÃa gala de las cualidades de sus romances, para luego todos terminar sin excepción en el mismo destino, siendo uno más de la lista de desamores de Emily, los que luego de haber sido el gran y verdadero amor de su vida pasarÃan a ser al corto tiempo, los poco hombres, mentirosos, buenos para nada y etc, etc, etc
Emily solÃa tener una especie de récord, en el cual al llegar a la cuarta semana terminaba desencantada, llorando junto Andrea y jurando no volverse a enamorar nunca más. A lo cual Andrea como siempre asentÃa con la cabeza una y otra vez, era la historia que se repetÃa todo el tiempo. No serÃa distinto para el pobre Alan, pensaba Andrea.
Andrea por su parte, era una chica más tranquila, con mirada de expresión soñadora todo el tiempo, le encantaba estar a solas, dedicarse de lleno a la escritura de su libro y tomar café junto a su ventana. Siempre espectadora de esa gran ciudad. Después de ver llorar a Emily tantas veces, ella estaba convencida de que el amor no existÃa, que era un invento más de la sociedad, un convencionalismo social que muchos daban por mágico, pero que no era más que el resultado de múltiples decisiones que te llevaban a estar con alguien y a hacerte creer que estabas enamorada. Mucho de publicidad, mucho de televisión y un tanto de ingenuidad era lo que realmente formaba el amor.
Como era costumbre Andrea salÃa todas las tardes a caminar, en busca de ideas para su libro. Todo parecÃa igual que siempre, se sentó en el banco de todos los dÃas, tomó su bolÃgrafo y su agenda de notas y empezó a pensar en su próximo capÃtulo. Hablaba sola, se dejaba llevar por sus ideas, un tanto reÃa, otro tanto se notaba seria y pensativa. Estaba sumergida en su mundo.
A lo lejos un hombre la observaba, no dejaba de verla y reÃr. Era gracioso verla hablando sola y tomando notas. Pensaba: Es bella, ¡qué diablos, es hermosa y loca!. Sin dudarlo un segundo más decidió ir a conocerla con la excusa de estar perdido. Si, eso dirÃa, que buscaba una dirección, parecÃa tonto, pero podrÃa funcionar. Se levantó de su banca, arregló su saco, acomodó su cabello, sorió y puso en marcha su plan.
Continuará....
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