Sé que he lastimados a otros.

Estoy clara que en algunos momentos de mis días he podido lastimar a otros, es lo que Joan Garriga llama:

La buena culpa.

¿Por qué lo hice? Tal vez era porque tenía miedo, estaba brava o confundida. Seguramente porque no sabía que por acción u omisión estaba actuando de forma equivocada. Y aunque el otro tiene su 50% para haber atraído esa situación, mi parte es hacerme cargo y reconocer, si pude haber respondido o actuado de otra forma.

Ahora: Si tomas conciencia no se trata de quedarse en la pena. El camino de la rectificación es de valientes. Y sobre todo sé amoroso contigo. Repara el daño con una conversación desde corazón, si la otra persona no está dispuesta, respeta su proceso.

En ese caso me ha servido escribir una carta de alma a alma, pedir perdón y perdonarme. No es necesario que la entregues a la persona involucrada.

Saldar la deuda emocional es preguntarme:¿Qué creencia estaba detrás de mi comportamiento?, ¿Cómo puedo actuar a partir de este momento?. Ánimo, nos hemos equivocado y lo seguiremos haciendo. Solo que procura dejar de repetir los mismos patrones.


Fuente de la imagen

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now