La vida de un estudiante universitario en Venezuela no es sencilla, claro que para algunos es más llevadera dependiendo de algunos factores como su poder adquisitivo o el simple hecho de tener un auto que lo traslade rápidamente de un punto a otro y no tener que lidiar con los problemas de déficit de transporte urbano.
En mi casa soy ingeniero civil de la casa más alta de oriente (Universidad De Oriente, Núcleo Bolívar), me siento muy orgullosa de ello porque no fue un camino fácil, aquí en Venezuela estamos atravesando tiempos difíciles donde todo el sistema está colapsando y hay muchas deficiencias, las universidades no se escapan de estás más si son públicas, el gobierno no da los recursos suficientes para que puedan funcionar óptimamente y ahí es cuando surgen los problemas de tipo que dejan de funcionar los transportes y el comedor universitario que son fundamentales para un estudiante ya que ayudan grandemente dada la situación económica y que no todos poseen la cantidad de dinero suficiente para pagar un pasaje o comer en la calle e incluso en sus casas.
Dados estos problemas la universidad se va a paro y se pierde tiempo, es cuando piensas en abandonar porque es una lucha constante, sientes que ya no tienes deseos de seguir luchando si nada cambia, nada tiene sentido y es cuando entra el papel crucial de la familia y amigos que siempre te apoyan y animan a seguir adelante sabiendo que debes continuar por ti y por ellos, que el esfuerzo no fue en vano y que lograras el objetivo, luego de unos años de esfuerzo, dedicación y paciencia fue como logre una de mis metas más anheladas ¡Me Gradué!.
Pero no tardo la realidad en sacudirme y luego que tienes tu título no es sencillo entrar al campo laboral, debes tener años de experiencia o simplemente el trabajo no es bien pagado. Inclusive sale más costoso trasladarte y asistir todos los días a tu jornada laboral que quedarte en casa, así de mal estamos.
Miles de sueños rotos de jóvenes que poseen un potencial increíble y que no es valorado en este país porque no se promueve nada. Es tan triste que estemos en una involución y se que muchos se sentirán identificados con este texto pero no nos queda más que luchar y si las oportunidades no están en Venezuela pues tendremos que buscarlo en otro lugar.
Seguiré en esa búsqueda pero de lo que estoy segura es que no me detendré.
