Las ganas...

Y es así como pasó cuando efectivamente llego quien la hizo sentir el verdadero sentido de la palabra mujer. Ella llena de ganas y él apareció con aquellas ganas de que en lugar de ropa, ella estuviera vestida de desnudez.
El se dejó de tontería y la invito a su habitación, donde seguidamente le arrebató la ropa. Prácticamente arrancándola de su cuerpo, tan solo para saciar sus ganas y ella, ni corta, ni perezosa, se la deja arrancar, ella lo miró, el la sujetó casi tan fuerte que ella sentía se quebraría en cualquier momento, pero a la vez con el deseo de que nunca la soltara.
Esas son las ganas...
Y tal como ella se lo imagino el, literalmente se la comió, sin ningún protocolo, ni traje de etiqueta.

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