Bajé al baúl, estaba llenito de luces flotantes de todos los colores. Sonreí. Nunca lo había visto brillar tanto desde aquella vez primera..
Corrí hasta la mesa, donde solía venir a esperar a tantas personas. La mesa seguía siendo vieja y oxidada, con dos tazas de café polvorientas. Me senté y susurré una canción muy vieja. Sabes, quisiera que estuvieras aquí, en mis pensamientos, viendo las luces de colores flotar, hacer su magia. Quisiera que estuvieras aquí, tomando café y yo mirándote hacerlo.