– Que cantidad de vacío tiene mi vida, ¿a que horas llegué a este momento?, ¿porque estoy tan deprimido?
Empiezo a recordar todos mis malditos errores, el hecho que hace más de 1 meses la corrí del apartamento y mi orgullo y el suyo hicieron añicos 1 año de relación.
Que bonito era todo, lastimosamente su belleza para mi mente era mucho con que lidiar, mi inexperiencia y el amar por primera vez me pasaron factura y siento que el tren más veloz de Japón pasó por encima mío.
Mientras escucho “Ciudad de la furia” de Soda Stereo a lo lejos en mi computador, recuerdo los celos, la controladera, mi mente me comía, pensando en que yo no me la merecía y que en algún momento me iba a dejar; ahí estaba el recuerdo de las incontables veces que la seguía para ver que hacia o si se veía con alguien, cosa que nunca pasaba, creo que se daba cuenta de mi actitud patética, escondiéndome detrás de carros, postes de luz, confundiendome entre la gente, que idiota, ¿por qué no vivía mi vida? me doy en la cabeza manotazos, saber que la perdí, por mi propia culpa, al final se cansó, totalmente ahogada, esas peleas casi todas las tardes, por mis pensamientos de mierda, que creatividad tenia en ese tiempo, era un pendejo, viviendo por primera vez con la chica que quieres para toda tu vida, ella solo me decía:
– Tómalo con calma, disfrútalo, disfrutame, para eso estoy para ti, hazme el amor cuando te plazca, si quisiera irme, si no te amara, ya me hubiera ido. – Yo le contestaba…
– Mira mujer, yo te amo, no quiero perderte.
Esa idiotez de “no quiero perderte” es la justificación perfecta para todo celoso, creemos que esas palabras mágicas aguantan todo, cada día, el amor que profesaba por mi se volvía hipócrita, pero no por ella, era por mi, me tomaba de la cabeza, desesperada, diciéndome, “yo te amo pendejo, entiéndelo, no me jodas más”, mientras yo estaba inundado de ira y celos, pensando una cantidad de historias que ahora que las veo, me parecen absurdas.
Al final la desconfianza acabó con todo, mi cabeza no podía más, ella tampoco aguantaba más y un día nos dimos el motivo, ella quería ir a compartir con sus amigos y otra palabra mágica de celoso siempre aparecía para que pasara lo que yo quisiera “si vas a eso, se acaba esta relación, no voy más” esa amenazadera; al final siempre me salía con la mía y ella terminaba resignándose, no iba y le añadía un poquito más de hipocresía a nuestro amor, hasta que ese día la hipocresía la había rebosado, ya no la podía disimular, alguna vez se llenaron los recipientes con la etiqueta “aguante”, había empezado a llenar los recipientes con la etiqueta “amor por él”, mis celos me tenían ciego para notarlo, cuando el ultimo recipiente se llenó y yo utilicé las palabras mágicas “si vas a eso, se acaba esta relación, no voy más” ella me respondió:
– Listo, dale, yo me voy mañana para allá, si esto se tiene que acabar pues que se acabe – Yo estaba asombrado, no me lo esperaba, me llené de rencor e impotencia y le respondí…
– Pues si es lo que quieres, te vas de una vez, recoge tus cosas, vete no te quiero ver en mi casa, se acaba todo hoy.
Empecé a regarle la ropa en el suelo y ella, con lagrimas en los ojos, sollozando, empacó todo, yo solo la veía, mientras no me decía nada, en algún momento pensé en detenerla, pero mi maldito orgullo y mi ceguera no lo permitieron, solo vi como se llevaba sus cosas en unas bolsas negras de basura y una maleta pequeña con rodachines, ese día después de verla partir lloré como nunca, me ahogué en mi egoísmo, en mi rabia, en mi arrogancia…
Han pasado 3 meses desde ese mensaje de WhatsApp, de vez en cuando lo miro a ver si las palomas pasan a azul, es peor que una condena carcelaria, es como haber enviado un mensaje al Tártaro. Pero, ese día 3 de agosto a las 08:25 PM sin darme cuenta, mi deseo se ha hecho realidad, las palomas se han vuelto azules, he derrotado al Cancerbero que cuida las puertas del Tártaro y a las 08:26 PM llega un mensaje y una notificación inmediata a mi celular, diciendo “Hola”.
Continua…
