Abro el messenger, con esas ganas de tocar algún día esos labios color carmesí con los míos, que deseo. Antes de eso, he stalqueado su perfil, nariz gruesa “exótica” (raro en las mujeres blancas, algún pariente negro, esas raíces son difíciles de quitar en cualquier familia) cachetes rebosantes, bonitos, piel blanca como la puta leche, ojos color miel, hace un esfuerzo con las pestañas no muy fructífero, pero prospera, senos hermosos, buen trasero, (el hombre que te niegue hoy en día que no te vio el culo y las tetas antes de abordarte, está utilizando la mentira mas antigua de toda la historia masculina, mentira caduca, ellas ya lo saben) tatuaje en la pierna derecha, específicamente un lobo en acuarela, muy bien acabado, tatuaje de diente de león que se convierte en gaviotas o cuervos, que se yo, muy común, pero en ella se ve bastante sexy obviando las estrías del embarazo.
No se si es por los putos labios… me fascinan, ese conjunto de labios, con sus respectivas comisuras, ojos color miel y cachetes tiernos, hicieron que cayera en la trampa…
Como decía Iba en el messenger, lo abro y le escribo:
– Hola mujer, me pareces hermosa, de donde sos??
No responde, que idiota, pienso… bueno, no es básica, está bien… dejo que mi orgullo se restablezca, ya que todo quedó gastado en ese intento estupido, dicho orgullo se restablece 2 años después, donde no aguanto mas ver esos labios todos los días, llenando ese vacío ella como siempre, son las 12:35 de la madrugada, abro nuevamente el messenger y le escribo:
– Hola señorita, es irrespetuoso escribirle, y es necesario confesarle que me agrada mucho físicamente, ya que despierta una gran curiosidad conocerla, quisiera saber si es posible hablar y saber más de usted, ya qué pasó totalmente mi filtro en fotos, quisiera saber si como persona es interesante... –Dejo el mensaje ahí, me voy a dormir.
Son las 08:00 PM las notificaciones del celular muestran un mensaje del nombre que me trae el recuerdo de los labios color carmesí, el mensaje viene con un seco "Gracias". Deslizo el dedo en la pantalla del celular y escribo…
– Hola cómo estás??
– Tengo una duda
– Donde vives? – pienso en lo estúpido de la pregunta, Dios... pero contesta con un…
– Eres hermano de Sarita cierto – sin el signo de pregunta, pero asimilo que es en pregunta.
– Si, tú eres amiga de Sarita entonces…
En ese momento aterricé en Venus y había hecho el contacto necesario y enganchante, un poco burdo, pero funcional, ha iniciado una historia, llena de Messenger y WhatsApp, inseguridades, miedos y altibajos, todo por el hecho de querer tocar esos labios color carmesí.
Continua…