Si tienes buen juicio, aprenderás un oficio

Imaginen que alguien se presente así: “Hola, mi nombre es José, soy abogado y plomero”, seguramente pensarán que no hay mucha relación entre las leyes y una tubería goteando, y así es, lo primero es una profesión que se alcanza asistiendo a la Universidad, y lo segundo es un oficio, para el que solo necesitas ciertas habilidades y conocimiento más que todo empírico.

Pero mi intención no es explicarles esa diferencia que seguro ya la saben, hoy quiero hablarles sobre la importancia de aprender un oficio, tengas la profesión que tengas, y más que una sugerencia, es un llamado de atención. Un oficio es una carta bajo la manga, sumamente valiosa, si no has migrado o no has estado en el ojo del huracán de una “crisis” seguramente te parezca exagerado lo que voy a decir, pero: Especializarte en un oficio podría salvarte la vida.

Seis de cada diez ofertas de empleo que veo a diario en cuentas dedicadas a venezolanos en los diferentes países a los que migraron, son para ocupar posiciones donde requieres saber un oficio, es por eso que muchos profesionales con carreras universitarias se quedan varados en medio de la nada, mientras llega el momento de ejercer en un país ajeno.

Estas ofertas son hábilmente aprovechadas por personas que además de sus estudios regulares, se dedicaron aprender oficios con base en sus habilidades y aficiones. He visto médicos como baristas, docentes como costureras, periodistas como telemarketers, entre otros. Todos trabajos dignos que no te hacen menos, al contrario, te revalorizan en el mercado laboral.

Esto no quiere decir que no ejercerás tu profesión, obviamente no, pero te ayudará a no sucumbir en una espera indefinida y podrás ser productivo con más facilidad.

Una vez un profesor que me daba clases en el Pedagógico de Barquisimeto cuando hacía mi Diplomado en Docencia Universitaria, me dijo unas sabias palabras: “¿Qué sería de la sociedad sin albañiles, electricistas, choferes, barrenderos, mesoneros…? Un desastre. Pero ahora nadie quiere prepararse para ocupar esos puestos”. Y yo coincido con él, ahora más que nunca es urgente la educación para el trabajo, los jóvenes deben aprender desde muy temprano un oficio y se expandirán sus horizontes.

Experiencias como las del Movimiento Fe y Alegría, por ejemplo, con los Centros de Capacitación Laboral son oportunidades grandiosas para aprender a hacer algo, que se ajuste a tus gustos y habilidades, y que de paso puedas generar ingresos, con empleo formal o a través del emprendimiento ¿Malo? No, es estupendo.

Tal vez si le hubiese hecho caso a mi intuición cuando quise hacer un curso de repostería, mis posibilidades para encontrar un empleo o para emprender fuera en un nuevo país se hubiesen incrementado considerablemente. Además, tendría un hobbie que me permitiría desarrollar otras habilidades que no he explorado y que quizás están dentro de mí.

En la universidad no están todas las respuestas, y con esto no le quito mérito a la profesionalización, que no se malinterprete mi intención, la universidad es solo una parte de nuestra formación, pero hay otras dimensiones y otros talentos ocultos que necesitamos descubrir, para ser integrales o “todo terreno” como se dice popularmente.

No tengan complejos y exploren esas habilidades que tienen, no se queden con lo que está a la vista, con lo que siempre han hecho, atrévanse por el bien de ustedes. Se los escribo desde la experiencia: ¡Anímense!

Fotos referenciales

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center